¿Cómo mejorar los hábitos alimenticios para evitar enfermedades crónicas no transmisibles utilizando la gastronomía y nutrición?

¿Cómo mejorar los hábitos alimenticios para evitar enfermedades crónicas no transmisibles utilizando la gastronomía y nutrición?

Se piensa que la nutrición y gastronomía son disciplinas separadas, que una se dedica subsanar los perjuicios en la salud que la otra ha provocado, incluso se pone a discusión la pertinencia saludable y balanceada de las tendencias gastronómicas actuales.

Afortunadamente, la dietética conjugada con la nutrición nos ha mostrado equilibrio, puesto que no todo es blanco o negro, se trata de un balance entre el gusto y la proporción. Los puntos clave de la nutrición son el bienestar de la población desde lo físico, lo psicológico y lo fisiológico. La fórmula para mejorar el estilo de vida y cambiar hábitos alimenticios de los individuos radica en la factibilidad de las recetas, la practicidad de preparación, disponibilidad de los ingredientes, el costo y la seguridad higiénica. En consecuencia, la nutrición humana debería ser abordado no solo por nutriólogos, sino por un equipo multidisciplinario de médicos, psicólogos, nutricionistas y gastrónomos.

Si bien hablamos de cultura gastronómica para conocer las razones por las cuales se cocina, podemos aseverar que la alimentación es una mezcla que busca el bienestar y goce del consumidor en conjunto con la trascendencia del cocinero.

Históricamente conocemos que el individuo dejó de preparar sus alimentos por el contexto de la transición epidemiológica y nutricional, donde el creciente mercado de trabajo, la falta de tiempo, y demás factores asociados a la globalización, llevaron a las familias consumir de forma más frecuente alimentos procesados, y a su vez se incrementaron las Enfermedades Crónicas no Transmisibles (ECNT) (Morfín & Jiménez, 2016).

Es importante acotar que el consumo de estos productos no es malo y que la nutrición no pretende estigmatizar ningún alimento, independientemente de su proceso u origen, pero hay que reconocer su alto contenido calórico, el exceso de grasas, sodio y azúcares en su composición. Sin embargo, debemos que mencionar que su consumo constante de estos ingredientes están asociado a la incidencia de ECNT.

En México se han realizado estudios de comparación entre zonas urbanas y rurales demostrando que el porcentaje de enfermedades como diabetes, sobrepeso, obesidad e hipertensión son menores en las zonas rurales debido a su alimentación (ENSANUT, 2018). En otro estudio, los adultos mexicanos relatan consumir regularmente 85.8% de bebidas azucaradas no lácteas, 35.4% botanas, dulces y postres, y 33.9% cereales dulces. En comparación, el consumo de verduras fue de 44.9% y 49.7% frutas. (Instituto Nacional de Salud Pública, 2020).

Mencionemos que los cambios nutricionales mundiales están afectando la salud pública en general, afectando gravemente a los países latinoamericanos. El 60-70% de las muertes en los países de América Latina son causadas por ECNT, tales cuáles: cardiovasculares, cánceres, diabetes y obesidad y malnutrición (Jacoby & Keller, 2006) Otro tema de máxima importancia para la salud pública mundial es la obesidad y sobrepeso infantil, donde el porcentaje de la población con sobrepeso en México en edades de 0-4 años disminuyó un 1.5% en 6 años. En el 2012 el porcentaje era de 9.7% y en el 2018 de 8.2% El riesgo de sobrepeso para este sector es del 22.2%, en cuanto que a los niños de 5-11 años, el porcentaje de obesidad es 35.6%, un 1.2% arriba que en el 2012 (Instituto Nacional de Salud Pública, 2020).

¿Qué hacer para cambiar estos datos? En los últimos años las tendencias gastronómicas se han inclinado por el bienestar de los individuos con propuestas sustentables, saludables y conscientes. La cocina enfocada en el mundo vegetal se ha fortalecido tanto, restando importancia en el uso de grasas, proteínas animales y azúcares. Para mejorar los hábitos alimenticios debemos informar de manera clara y precisa, generando información confiable y práctica donde se explique cómo, cuándo y qué comer cotidianamente dependiendo de los gustos y requerimientos de cada uno. Para esto sería necesario dar ideas específicas, claras y sencillas de recetas con sus métodos de preparación y posibles ingredientes a usar dependiendo de las necesidades nutrimentales y disponibilidad de ingredientes de cada persona, además de difundir la idea de que una dieta no debe de ser restrictiva, aburrida, desabrida o costosa, sino que debe buscar equilibrio y bienestar para preservar la salud de todos los pacientes, sin importar edad, sexo o lugar de origen.

 

Referencias

Instituto Nacional de Salud Pública, T. (2020). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-19. Resultados nacionales. (Primera edición). Instituto Nacional de Salud Pública. https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_informe_final.pdf

Jacoby, E., & Keller, I. (2006). La Promoción Del Consumo De Frutas Y Verduras En América Latina: Buena Oportunidad De Acción Intersectorial Por Una Alimentación Saludable / the Promotion of Fruits and Vegetables Consumption in Latin America: Good Oportunity for an Intersectorial Action for a Healthy Eating. Revista chilena de nutrición, 33(suppl 1), 226-231. https://doi.org/10.4067/S0717-75182006000300003

Morfín, M. del C., & Jiménez, M. E. (2016). Animación Turística para el Diálogo de Saberes (1.a ed.).

 

Sobre el autor:

María de la Paz Bagatella Osorio

Departamento: Esuela de Negocios, departamento de Turismo

Carrera: Artes Culinarias

Nombre del mentor: Taisa Sabrina Silva Pereira

Mail: taisa.silva@udlap.mx

Colaborador: Oscar Geovanny Enríquez Martínez

Mail: ndoscar.enriquez@gmail.com

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