Las ruinas del siglo XXI, identidades ausentes retratadas en la propuesta fotoperiodística mexicana
Resumen:
Existe una imagen mental muy particular que surge en el imaginario colectivo cuando el concepto de nación se diluye en los oídos de las personas que habitamos este territorio.
Para establecer un sistema que se pretende como estable, la identidad parece ser el eslabón clave en tanto que la viabilidad del país como Estado nacional se apoya principalmente en el conocimiento de la identidad propia (Florescano, p. 35) como algo que nos separa de los otros, aunque esos otros sean grupos dentro del mismo México.
Así, un considerable porcentaje de identidades, sobre todo disidentes, resulten excluidas de este metadiscurso nacional. Hablamos de identidades insertas en realidades complejas y, en muchos casos, violentas; olvidadas por las instituciones, los gobiernos o incluso su misma comunidad, realidades que son conocidas, pero poco reconocidas, y mucho menos retratadas.
El fotoperiodismo en México ha funcionado como un medio en el que muchas colectividades han encontrado un espacio de expresión de identidad, pugna y denuncia. Como ejercicio crítico, algunos fotógrafos mexicanos han logrado retratar determinadas identidades en su condición de ausencia, usualmente forzada, en la habitabilidad de sus espacios o de sus propios cuerpos, permeando una suerte de panorama de ruina mexicana contemporánea: espacios y corporalidades en decaimiento que articulan el paisaje nacional.
Es en el trabajo de Fernando Brito, con la serie <<Tus pasos se perdieron con el paisaje>>, donde vemos una muestra de los que puede ser la ruina mexicana contemporánea: un paisaje marcado por la ausencia, por identidades arrebatadas y pronto olvidadas, identidades que dentro de aquel territorio que se hace llamar nación, no encuentran un lugar de reconocimiento y protección. La serie de fotografías muestra paisajes de Culiacán marcados por la muerte, mostrando de forma explícita a aquellas personas a las que se les arrebató la vida, configurando paisajes luctuosos de historias interrumpidas (Enríquez, 2018, p. 15).
Esta serie entra directamente al debate referente a la dimensión ética de la exposición de imágenes sobre el dolor ajeno: ¿Es acaso cruel presentar de forma bella un paisaje de dolor? ¿Acaso el panorama ruinoso, el paisaje de la devastación, no puede ser mostrado de otra manera que no sea objetiva?
Como posible respuesta, Enríquez (2018) retoma las reflexiones realizadas en su momento por Susan Sontag, realizando un cuestionamiento sobre las formas de consumo y el posicionamiento de los espectadores ante estas imágenes: ¿Acaso el reclamo respecto a las imágenes sombrías no busca garantizar la comodidad del que no sabe, de quien no se enteró, del que no vio nada? (p. 15). Estas imágenes hay que mirarlas, puesto que revelan fragmentos de una realidad a nivel nacional que es parte de nuestra historia.
La problemática de la violencia en México, a su vez, ha generado otra serie de conflictos que transgreden a un nivel colectivo. Actualmente, el Desplazamiento Interno Forzado (DIF) ha sido una problemática constante para las comunidades afectadas por la violencia consecuente de los conflictos armados vinculados al crimen organizado, y la vulnerabilidad socioeconómica (Salazar y Castro, 2014, p. 57).
Bajo esa línea, Mónica Arreola es una fotógrafa centrada en el género del paisaje y en la captura de imágenes de las ruinas que resultaron del abandono urbanístico de las primeras décadas del siglo XXI (Arreola, 2024); visuales que revelan la presencia en la ausencia. En la serie fotográfica <<Desinterés Social>>, el paisaje de la ruina se manifiesta como los restos de lugares, en su momento habitados por identidades que fueron forzadas a desplazarse, vislumbrando un panorama de ausencia marcado nuevamente por las desigualdades en la esfera socioeconómica mexicana.
Ante estas revisiones, no queda más que cuestionar las discursividades que se han construido en torno a la idea de lo nacional, el patrimonio, del nosotros y lo que aparentemente es nuestro. Las ruinas contemporáneas, compuestas desde la ausencia que ha sido detonada por el desplazamiento y el arrebatamiento de determinados actores sociales, forman parte del panorama identitario mexicano en la medida en que son realidades a las que se enfrenta un gran porcentaje de la población. El fotoperiodismo, hecho desde un posicionamiento crítico y de agenciamiento, conforma un ejercicio importante para la representación y la inserción de la voz de los individuos y grupos más invisibilizados.
Referencias:
- Arreola, M. (2024). Desinterés social. Mónica Arreola. https://www.monicaarreola.com/desinteres-social
- Florescano, E. El patrimonio nacional: valores, usos, estudios y difusión. En Patrimonio cultural y turismo cuadernos. Disponible en https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/cuadernos/pdf/cuaderno3.pdf
- Enríquez, L. (2018). Tras los pasos perdidos de Fernando Brito: imágenes para denunciar la violencia del mundo. Casa del Tiempo, 51, 12-18.
- Salazar, L. M. & Castro, J. M. (2014). Tres dimensiones del Desplazamiento Interno Forzado en México. El Cotidiano, 183, 57-66.
Sobre el autor
María del Rayo Sosa Guerrero estudiante de la Licenciatura en Historia del Arte y Curaduría de la Universidad de las Américas Puebla. Cuenta con una certificación en Gestión Cultural por parte del programa IB POP. Sus intereses profesionales se inclinan hacia la curaduría de arte contemporáneo, siendo recientemente co-curadora de la exposición “Perder el Tiempo” (2024), así como en la escritura de artículos de divulgación centrados en la teoría del Arte desde una perspectiva de género.
Contacto: maria.sosago@udlap.mx