Opciones para evaluar el aprendizaje

Opciones para evaluar el aprendizaje

En el mundo académico actual hay un fuerte impacto, que podríamos llamar publicitario, para usar tales o cuales actividades en el salón de clase o en apoyo a lo que sucede en él. Desde el uso de plataformas tecnológicas, aprovechamiento de las redes sociales, aprender jugando o el estímulo de la redacción académica a ultranza, todos los promotores de cada una de ellas la publicitan como la mejor y la única posibilidad de que los alumnos aprendan cualquier materia. Es, incluso, común escuchar alguna prédica a favor de tal o cual metodología iniciando con la frase: Como todos ustedes saben en la actualidad esta es la mejor metodología para que el alumno aprenda. Detrás de ese inicio está la promoción indiscriminada de algún producto educativo que alguien quiere vender y, casi siempre, no tiene mucho o ninguno apoyo pedagógico.

La actividad docente hoy en día tiene muchas opciones para su desarrollo, un profesional que se dedica a impartir clases a nivel universitario tiene un abanico enorme de posibilidades en lo referente a que actividades seleccionar para que sus alumnos aprendan. Aunque debe aceptarse que lo habitual es inclinarse por un camino que incluye experiencias de aprendizaje más o menos parecidas y que el desarrollo tecnológico y la falta de tiempo casi siempre nos invitan y nos provocan el hacer actividades muy concretas y evaluaciones que permitan la calificación automática y, por lo tanto, el uso de preguntas de opción múltiple, de verdadero-falso u otras semejantes se ha incrementado.

En sí mismo lo anterior no tiene problema, un buen examen de opción múltiple nos puede mostrar el grado de conocimiento de un alumno sin ningún problema, pero lo que no podemos permitir es que olvidemos diversificar nuestra gama de actividades y, por lo tanto, otras posibilidades de evaluación, las cuales podemos utilizar durante la evaluación formativa en un curso.

Al acostumbrar a los alumnos a cuestionarios con respuesta cerrada limitamos sus habilidades de expresión, de manera que es muy importante que no descuidemos utilizar otros instrumentos, como cuestionarios de respuesta abierta, aunque ésta tenga que ser breve y muy precisa. Este tipo de evaluaciones estimulan las habilidades de redacción del alumno y, al mismo tiempo, su capacidad de concretar sus ideas en respuestas precisas.

Vivimos un momento en que todo mundo quiere soluciones inmediatas y sencillas para resolver todo tipo de problemas y los que nos plantea el aprendizaje en el aula no son la excepción, seamos cuidadosos en elegir diferentes caminos para acceder al alumno y plantearle variadas opciones para que nos manifieste si ha aprendido o no. No olvidemos que los alumnos siguen aprendiendo, fundamentalmente, lo que consideran necesario para aprobar el examen. Mientras más amplio sea nuestro abanico de instrumentos, metodologías y experiencias, más seguros estaremos de haber logrado el aprendizaje y que nuestra evaluación lo refleje.

Acerca del autor: Contador Público con estudios de Maestría en Administración y candidato a Doctor en Educación. Con más de 40 años de experiencia docente y profesional en contabilidad, costos, análisis financiero y auditoría. 291 cursos impartidos en diversas universidades, de los cuales el 88% ha sido a nivel licenciatura y el resto en maestría. 194 módulos de diplomado impartidos a personal de diversas empresas. Autor de los libros «Contabilidad 1», «Costos» y «Contabilidad Administrativa» con editorial Pearson. Articulista en diversos periódicos y autor de su propio blog «Visión Financiera». Coordinador de las materias Contabilidad Financiera, Contabilidad de Costos, Análisis de Costos y Contabilidad Gerencial.

Por: Mtro. Francisco Javier Calleja Bernal

Profesor de tiempo completo del Departamento de Finanzas y Contaduría, UDLAP.

francisco.calleja@udlap.mx

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