Prestar atención: la diferencia entre el experto y el diplomático

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Prestar atención: la diferencia entre el experto y el diplomático

La potencia que llevó al pensamiento moderno a prescindir de la casuística a través de herramientas tan confiables como la lógica o la matemática (Castro-Gómez, 2005:13-19), que le permitió elaborar leyes generales y posibilitó formular un sin número de generalizaciones desde el siglo XVII, a la larga se volvió, como suele pasar con muchos otros remedios, en uno de sus principales obstáculos, ya que si bien logró un nivel de abstracción y formalización sin par, en ese mismo movimiento obvio numerosas diferencias que hoy en día vale la pena considerar a la luz de afrontar tan significativas como el calentamiento global o la exigencia de derechos por parte de un bloque importante de población en todo el mundo.

Así, cuando un fin, un interés o un beneficio se impone como único ordenador de toda actividad, objetivo o resultado, y en tanto tal se convierte en lo únicamente posible, el precio a pagar es la negación de posibles en pro de una igualdad abstracta, lo que llevado a sus últimas consecuencias puede implicar la vida misma, tal como la historia nos lo mostró en la empresa colonial o en los fundamentalismos de cualquier tipo. Todo indica que prestar atención a las diferencias resulta vital para cualquier tipo de emprendimiento, para todo apremio, en cualquier apuesta.

Nuestra confianza en las disciplinas modernas hizo aparecer un tipo de sujeto cuyo rol no era otro que el de proporcionar saber emanado de dicha estructura de pensamiento: el experto, aquel convocado a resolver lo indicado basado en un saber que le orienta y antecede. Ese experto no está ahí para producir conocimiento que ponga en vilo su acervo de saber, por el contrario, está allí para ejercerlo, expandirlo, ponerlo a prueba en tanto alcances, no en su estatuto de conocimiento. Muchos esfuerzos multidisciplinarios e interdisciplinarios están construidos bajo esa égida, a la sombra de dichos presupuestos. Ese saber opera como un orden general que hace toda situación una variante más, un ejemplo, un caso particular que responde a premisas universales, un ejemplo que iguala a lo mismo cualquier singularidad.

El precio ha sido negar la diferencia, tolerarla, no asumirla en su radical condición inasimilable, al menos para el orden precedente, lo que vuelve al experto en un engranaje más de reproducción que, en tiempos de profundas transformaciones, en época de numerosas crisis, resulta por demás contra productivo.

Isabelle Stengers, connotada pensadora belga, propone una figura que resulta por demás productiva ante tal desafío: la del diplomático, aquel que en situación, en cada caso, negocia las posibilidades de acción considerando los riesgos potenciales, los futuros posibles, lo deseable, dando lugar a las diferencias, valorándolas, sosteniéndolas, ralentizando por lo menos las inercias de pensamiento para no precipitarse, para no reducir la diferencia al orden de igualdad de lo preconcebido, a la igualdad disciplinaria, partiendo de un no saber trascendental (2014), tal como hace el psicoanálisis al ejercer su clínica, en el caso por caso imposible de generalizar. Modo de hacer que bajo el nombre de cosmopolítica abarca toda una gama de relaciones que van desde las que implican al entorno y la economía, hasta los regímenes de alteridad y, sin duda, también a nosotros mismos y nuestros roles.

¿Cómo ejercer esta habilidad que está a contrapelo de mucha de nuestra formación profesional, pero también de nuestra constitución subjetiva? Prestando atención, entendida esta como ejercicio del pensamiento: “pensar implica prestar atención a las palabras. Ciertamente, uno siente con el cuerpo, ¡pero también con las palabras! Prestar atención a las palabras es también prestar atención a los otros, es no decir demasiado rápido: ‘Es el mismo caso que… ¡y por lo tanto…!’” (Stengers y Pignarre, 2018:222). Prestar atención a la singularidad, a la diferencia como fundamento de toda posible igualdad.

Referencias

  • Castro-Gómez, Santiago, 2005, La hybris del punto cero: ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750-1816), Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 346 pp.
  • Stengers, Isabelle, 2014, “La propuesta cosmopolítica”, Pléyade, No 14, traducción: Ernesto Feuerhake, Centro de Análisis e Investigación Política, julio-diciembre: 17-41.
  • Stengers, Isabelle y Philippe Pignarre, 2018 [2005], La brujería capitalista, traducción: Víctor Goldstein, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Hekht (Colección Pyra), 231 pp.

Sobre el autor:

Mauricio González González. Etnólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, con maestría y doctorado en desarrollo rural por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, y maestría en teoría psicoanalítica por el Colegio de Psicoanálisis Lacaniano, donde actualmente es coordinador de la Dirección de Investigación y Titulación. Colabora en diversos programas de licenciatura y posgrado en escuelas públicas, privadas y comunitarias, así como en diferentes redes de organizaciones civiles y sociales. En dos ocasiones recibió la Medalla al Mérito Universitario por la UAM Xochimilco y, en 2023, el Premio Cátedra Jorge Alonso a la mejor tesis de doctorado en ciencias sociales.

Contacto: mauricio.gonzalezg@udlap.mx

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