Carta Editorial
Presentamos al lector un conjunto fugitivo de textos. Algunos aparecen como cartas misivas, historias migrantes sobre traslado. Podría hablarse de un elenco de la movilidad que surge repe-tidamente: el pájaro, la máscara, el barco, el cazador, el camino. A esto sigue un innegable protagonismo del tema de la identi-dad, del jadeo ante la certeza de no ser más que una geometría fragmentada o un pedazo de nadie.
El intento por lograr la comunicación es el binomio de este pavimento de personalidades. Promesas, búsquedas y empleos fáticos del lenguaje se construyen en un léxico del lugar, que tran-sita por templos y poblados, montañas y planetas; pero en oca-siones las cúpulas dejan espacio a tiempos de origen y a recorri-dos hacia edades de olvido. Así pues, he aquí el devenir de un destino de manadas, el arder de una multiplicidad frente a la decisión de huir.
– Los editores