¿Innovación social en México?
Espacio en el que ha aparecido el artículo y fecha en que ha sido publicado: e-consulta (06-04-2016).
Continuamente recibimos noticias relacionadas con problemas sociales, tales como pobreza, salud, educación, contaminación, desempleo, manejo eficiente de energía, entre otros. En un ambiente globalizado e interconectado, resulta complejo establecer mecanismos sistémicos que nos permitan esquematizar la totalidad los factores, determinar relaciones causales, aislar catalizadores e inhibidores para poder diseñar e implementar soluciones eficientes.
A la par, escuchamos discursos de especialistas y propuestas de organismos internacionales en los que se menciona repetidamente el concepto de innovación como parte de los componentes indispensables para diseñar e implementar soluciones.
El Manual de Oslo en su última versión se refiere a la innovación en los negocios como la concepción e implantación de cambios significativos en el producto, el proceso, mercadotecnia o la organización de la empresa con el propósito de generar valor. Este valor se traduce en dos componentes de impacto: el valor económico y el social. Es por ello que, a la aplicación de la innovación para la generación de valor en la resolución de una necesidad o problemática social, se le conoce como innovación social.
Uno de los grandes retos para nuestra sociedad, es identificar las acciones en los diferentes sectores que generan valor social y, que a su vez, fortalecen la generación de valor económico. En este orden, el segundo reto es identificar a los actores sociales responsables de generar y ejecutar éstas estrategias. El tercero, es fortalecer los ecosistemas en los que se desenvuelven dichos actores, y finalmente, el desafío de medir en términos económicos el impacto social que se genera para poder gestionarlo.
En la última década, sobre todo en países desarrollados, se ha apoyado intensamente a los ecosistemas de generación de innovación social desde estrategias de emprendimiento. Se promueve el desarrollo de modelos de negocios de base tecnológica conocidos como startups, en los que el componente de innovación social es un requisito indispensable para poder acceder a los apoyos provenientes de programas de gobierno y fondos de inversión.
Nuestro país es también escenario de la proliferación de iniciativas como incubadoras, aceleradoras, company builders, concursos de ideas de negocios, ferias y hubs de innovación. Estas estrategias han surgido desde empresas, universidades públicas y privadas, instancias gubernamentales, ONG´s y fondos de inversión. Son altas las expectativas con respecto a los posibles beneficios esperados de estos esfuerzos, la única manera de evaluar y administrar los efectos será midiendo cuantitativamente el impacto en términos sociales y económicos.
Actualmente existen múltiples estudios y organizaciones que monitorean la actividad innovadora a nivel internacional. Uno de ellos es el Global Index Innovation, que en su edición 2015 coloca a México en el lugar 57 en la tabla general de la clasificación de la lista de un poco más de 140 países, varios peldaños debajo de otros países latinoamericanos como Chile y Costa Rica.
Posicionarse en la primera mitad de la tabla podría interpretarse con una visión positiva, sin embargo, no se cuenta con información suficiente para determinar si el ecosistema de la innovación en México está impactando de alguna manera en la generación de soluciones para los problemas sociales a los que nos enfrentamos. Es por lo anterior, que resulta necesario diseñar estrategias de cooperación multisectorial, no solo para proponer iniciativas de fortalecimiento a determinados sectores, sino también, para medir la creación de valor social.
Acerca del autor: Actualmente es profesor de tiempo completo del departamento de Administración de Empresas de la Escuela de Negocios y Economía. Cuenta con estudios de Licenciatura en Ingeniería en Sistemas Computacionales por el Instituto Tecnológico de Veracruz, una maestría en Administración de Tecnologías de Información por el Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey, es maestro en Administración de Empresas por la Universidad de las Américas Puebla y candidato a doctor en Innovación y Responsabilidad Social por la Universidad Anáhuac México Norte. Cuenta con quince años de experiencia gerencial en proyectos de consultoría para la implementación de tecnologías de información en empresas con presencia en México y Latinoamérica laborando en instituciones y empresas como el ITESM Campus Monterrey, Global Business Solution y Exact Software International. Ha sido profesor de tiempo parcial del departamento de Ingeniería en Sistemas Computacionales del ITESM Campus Monterrey y Asesor Académico de proyectos de aplicación de la Maestría en Comercio Electrónico de la Universidad Virtual del ITESM. Los últimos diez años en la UDLAP, se ha desempeñado en diferentes puestos directivos a cargo de las áreas de Educación a Distancia, Incorporación Estudiantil y Desarrollo Institucional. Ha colaborado como miembro de diferentes comités y órganos de gobierno como el Consejo de Posgrado y Consejo Administrativo. Sus áreas de experiencia e interés son: tecnologías de información para negocios, eBusiness, innovación social y responsabilidad social.
Por: Dr. Martín González Vásquez
Ex profesor, UDLAP.