Cambio climático y “Cop24″

Cambio climático y “Cop24″

Espacio en el que ha aparecido el artículo y fecha en que ha sido publicado: e-consulta (11-01-18).

 

La ignorancia afirma o niega rotundamente;

la ciencia duda.

Voltaire (1694-1778)

Para defender el planeta del famoso “cambio climático” las Naciones Unidas organizaron un Mega-Summit, con la participación de “solamente” 30,000 delegados, pero sin las personas que pueden tomar realmente alguna decisión, es decir, los jefes de estado y de gobierno. El “Cop 24”, “24ª Conferencia sobre el clima”, se realizó a Katowice en Polonia, del 2 al 14 de diciembre, en el corazón de la Europa del carbón: sería el equivalente de efectuar una convención vegana en una famosa carnicería. El anfitrión Andrea Duda, presidente de Polonia, inauguró las sesiones declarando que de ninguna manera iba a renunciar al carbón: un verdadero comienzo prometedor para la asamblea. Por otro lado, si llegasen a un improbable acuerdo sobre las emisiones del CO2, y encontraran la mágica fórmula para salvar el planeta, no hay que olvidar que: 1) la aceptación del acuerdo por parte de los países es “voluntario”; 2) no existe un órgano para certificar el cumplimiento de las reglas, sino que cada gobierno puede auto-certificarse y, por último, por increíble que pueda parecer, 3) no se prevén ninguna sanción para quien no cumpla el acuerdo.

¡Maravilloso, ¿no?! Y todo a expensas de los contribuyentes de los países del globo que patrocinamos las fabulosas cenas y recepciones de los 30,000 delegados. ¡30,000 delegados y es la “24ª Conferencia sobre el clima” que se ha realizado inútilmente en las últimas décadas! Para hospedarlos se construyó una estructura de 40,000 m2 con túneles de ambientación futurista. Si es cierto que es “la última llamada para salvar a la Tierra”, como declararon inaugurando el simposio, más vale comprar lo antes posible un boleto para Marte.

Pero: ¿qué sabemos realmente del cambio climático en el pasado?

El excelente libro de Nicholas Wade, “Antes del Amanecer”, presenta la siguiente figura sobre los cambios en la temperatura de la Tierra en los últimos 36,000 años.

  • La montaña rusa del cambio climático en el paleolítico superior

El nombre de la figura es emblemático:” La montaña rusa del cambio climático en el paleolítico superior”, a demostrar que no existe un clima de la Tierra, sino que ha cambiado y seguirá cambiando a pesar de todos los esfuerzos que podamos hacer, porque así siempre ha sucedió a traves de la historia y seguirá ocurriendo.

También el grandioso libro de Karin Bojs, “Mis Primeros 54,000 años. La historia de mi familia y de nuestro DNA”, publicado en 2018, demuestra que los cambios en el clima del globo se han sucedido con muchas frecuencia y rapidez en toda la prehistoría. Dejemne citar algunos branos de su obra:

Abri Pataud y muchos otros arqueólogos muestran claramente como en aquel periodo el clima se volvió mucho más frío. Hoy en Europa la temperatura media es de 12ºC, mientras que, a la época de última glaciación, entre hace 19,000 y 18,000 años, era de -4ºC. (pág. 70)

…La era glacial terminó una vez por todas hace 11,600 años. El clima se volvió parecido al de hoy en día y el cambio fue muy probablemente repentino. Las temperaturas aumentaron de muchos grados en pocas décadas, probablemente en el arco de pocos años, si nos basamos en las muestras de hielo obtenidas en Groenlandia. (pág. 104)

…Cuando el clima llegó a su punto más cálido, en Suecia las temperaturas eran de unos dos grados superiores a las actuales; más o menos como las que se esperan alcanzar en unas décadas por causas del “Calentamiento Global”. Pero, hace 8,200 años, el clima volvió a cambiar, y regresó el frío. Esto ocurrió probablemente porque las corrientes atlánticas, entre ellas la famosa corriente del Golfo, se volvieron más débiles.

Esta ola de frío duró muy poco, alrededor de 200 años, con un pico de 4 años. Los hombres que se habían acostumbrado a climas templados cayeron en un clima parecido al de la era glacial; sería como si los suecos del sur se encontraran, improvisamente, a vivir en un clima parecido al de Groenlandia. (pág. 132)

… los investigadores calculan que las aguas de los mares aumentaros unos 125 centímetros cada 100 años. Corresponden a los niveles que las jóvenes generaciones podrían experimentar si las emisiones de gas sierra y el calentamiento global continuara a crecer a los ritmos actuales. (pág. 133)

Las trazas de vida humana desaparecieron abruptamente hace 8,000 años en Chipre. No es seguro a que se debió, pero todos desaparecieron de repente. Tal vez murieron o dejaron la isla. La explicación más plausible es el asedio del hielo que golpeó Europa hace 8,200 años. Por más de un siglo el clima regresó a ser muy frío y en menos de treinta años la temperatura bajó de unos 10ºC.

Esto es lo que sabemos que ya pasó, no lo que pasará, así que no es cierto que la “comunidad científica” certifica que el cambio climático es provocado por el Hombre, sino, más bien, una parte de la comunidad científica y política, que vio el negocio que había detrás del miedo de la población a cualquier teoría catastrofista. No entiendo como tantas personas que son brutalmente críticas con la industria farmacéutica, afirmando que es solo un negocio, que falsifican los datos para hacer “business”, que los investigadores son “a modo” porque las grandes casas de medicinas financian sus investigaciones, como afirman en el caso de las “vacunas”, son totalmente acríticos con los fundamentalistas del cambio climático, empezando con los impresentables Al Gore y Rajendra Pachauri, Premios Nobel de la paz en el 2007, obtenido falsificando datos y a expensa de la nominada Irena Sendler, que salvó 3,000 niños judíos del Gueto de Varsovia, durante la Segunda Guerra Mundial, premio otorgado a la mercadotecnia de una película y al “políticamente correcto”, para vergüenza del Comité Nobel de la paz. El profesor Carlo Rubbia, premio Nobel de física en 1984 (es decir un Nobel de los buenos), en una ponencia en el 2016 en el Senado italiano, fue enfático:

El clima en la Tierra siempre ha cambiado. Hoy pensamos que si controlamos la emisión de CO2 el clima permanecerá constante: nada más falso. En época de los romanos, Aníbal pudo cruzar los Alpes con los elefantes, mientras que hoy no podría venir, hoy no podría cruzar, porque hoy en día la temperatura bajó de varios grados y hay glaciares en la ruta que siguió el cartaginés para invadir a la península…

Por otro lado, del 2000 al 2014 la temperatura de la tierra no ha aumentado, más bien disminuyó de 0.2ºC, aun cuando las emisiones de CO2 están aumentando exponencialmente.

El único país que ha reducidos las emisiones de CO2, paradójicamente es Estados Unidos, no Europa ni China o la India, por el desarrollo del gas natural que está sustituyendo tanto al carbón como al petróleo y produce electricidad sin contaminar. Por otro lado, el costo del gas natural en los USA, es la quinta parte del costo del gas producido en Europa y mucho más barato que las energías renovables. Es más, es posible transformar las emisiones de la combustión del gas natural, en grafito, y en “clatratos”. ¿Hay alguien, queridos senadores, que ha oído de los clatratos? No. ¿verdad? Este es el problema.

Hay que estudiar para opinar.

(Wikipedia: Un clatrato, estructura de clatrato (del latín clathratus, «rodeado, protegido, enrejado») es una sustancia química formada por una red de un determinado tipo de molécula, que atrapa y retiene otro tipo de molécula. Un hidrato gaseoso es, por ejemplo, un tipo especial de clatrato en el que la molécula de agua forma una estructura capaz de contener un gas).

Pero la historia no enseña y lamentablemente parece que nunca ha enseñado: El “Club de Roma” pidió al MIT (Massachusetts Institute of Technology) el famoso informe “Los Límites del Crecimiento”, hace casi 60 años, que marcó a una generación, preveían que “en menos de 40 años las reservas de petróleo y gas se iban a acabar y nosotros nos congelaremos” y, por otro lado, también pronosticaron que “si llegáramos a ser más de 6,000 millones de habitantes, no habría comida suficiente para mantener vivas a tantas personas y nos volveríamos caníbales”.

¡Puras previsiones acertadas! Si quieren conocer el futuro, es más útil creer en el dicho que se utiliza a Torino, viendo a la Basílica de Superga, que domina desde la colina el valle donde se asienta la ciudad: “Cuando Superga ha´l capel, o fa brút o a fa bél” (Cuando Superga tiene el sombrero (una nube) el día de mañana será bello o será horrible).

¡Viva las “Teorías de catastrofismo”!!Viva los pronósticos!

 

Acerca del autor: Mario de Marchis Pareschi, es Doctor en Administración por el ITESM, Campus Ciudad de México y la Universidad de Texas en Austin, Maestro en Computación por la misma universidad y Licenciado en Ingeniería Química por la UAEM. Es profesor del ITESM desde 1985. Ha sido Profesor invitado en la Maestría de Administración de la Rectoría de la Universidad Virtual, de la EGADE del Campus Monterrey y del Programa de Graduados del Campus Ciudad de México, Cuernavaca, San Luís Potosí y Morelia. Ha sido expositor en diferentes programas de Educación Continua, tanto presenciales como virtuales (Programa AVE) en diferentes Campus del Sistema ITESM, y en variadas regiones de la República y de América Latina (Perú, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Panamá). Fue profesor de los “Paquetes educativos” del Sistema ITESM, impartiendo la materia de “Seminario de Análisis Económico, Político y Social” y el “Seminario de Filosofía Empresarial” en posgrado, tanto en maestría como en doctorado. Ha recibido en varias ocasiones la distinción de profesor mejor evaluado en el Campus Morelos, Ciudad de México, Monterrey y Santa Fe y en la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín, Colombia. Es fundador del Campus Santa Fe, donde fungió como director de la División de Negocios y Posgrado. Ha sido consultor en diferentes Instituciones, tanto públicas como privadas, tales como IMTA, GFT, la ONU-Méx, Línea Bancomer, Confitalia, Canacintra, Coparmex, Inophos e Infonavit, entre otras. Hasta el 2015 fue profesor de la EGADE Business School y del Executive MBA de la Universidad de Texas en Austin, donde impartió la materia de “Global Management”. Es autor del libro “Yo, el Director” de Editorial Océano y fue reconocido por la revista “America Economía” como el segundo mejor libro de gerencia en español del 2010 y primero en Latinoámerica. Próximanente saldrá con la misma editorial la publicación del libro “Santo Tomás, CEO. Liderazgo Basado en Virtudes, (Virtues Based Leadership, VBL)”. Actualmente es profesor de tiempo completo del Departamento de Administración en la Universidad de las Américas Puebla e imparte las materias de: Administración de cambio, Administración de conocimiento, Temas selectos y en la maestría Modelo de dirección.

Por: Dr. Mario De Marchis Pareschi.

Profesor de tiempo Completo del Departamento de Administración de Empresas, UDLAP.

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