Sociedad Fragmentada
La humanidad se ha segmentado y evolucionado hasta transformarse en una aglomeración de sociedades, se ha encargado de formar fronteras imaginarias y reales, construyendo bloques en donde antes solo yacía una división natural. Nos hemos dividido y fragmentado, obligando a cada persona a crear su propio mundo de vacilación y desconfianza hacia sí y los demás; vivimos en un vacío individual llamado realidad. Hemos ignorado nuestra naturaleza como seres sociales, para dar paso a guerras absurdas a raíz de la intolerancia y el peligroso pensamiento de:
La Especie Suprema
Nos encontramos en un mundo dividido por religiones, razas, culturas y odio irracional hacia el que nos es desigual. Las luchas políticas, las disputas religiosas y sociales, y la disociación en la que cada uno vivimos son el primer escalón hacia la ruptura de la humanidad. Aquella ruptura que posicionó a algunos individuos como mejores ante los demás, que marginó y violentó a todo aquel con características inferiores ante los ojos del Ser Supremo, y aclamó al mismo que con avaricia y sin escrúpulos lucró de su propio pueblo; aquella ruptura que tanto daño causó a la humanidad y por cuya conciliación luchamos hoy.
Hoy en día tenemos una libertad de expresión degenerada, que nos hace creer que opinar sobre lo que el otro ciudadano es o no es (basándonos en no más que creencias absurdas) nos convierte en intelectuales. Incluso mis primeros acercamientos al mundo global se basaron en habladuría: que si los chinos se ven todos iguales, o que los musulmanes son terroristas, los mexicanos somos ladrones y los estadounidenses un montón de racistas. Y por un momento me lo creí. Creí que nacer en un país determinado te convertía en mejor o peor persona, que el territorio al que pertenecemos definía nuestros valores, y que nuestra cultura nos formaba como inferiores o superiores ante los demás.
Pero, a pesar de vivir en una constante marea de corrientes de odio, descubrí que hay algo especial que nos une a todos y cada uno de nosotros: las historias que tenemos que contar; historias que otra persona jamás se imaginaría vivir, o historias que muchos pensaban que solo ocurrían en los cuentos imaginarios o en los noticieros amarillistas. El mundo es un lugar formado por cuentos de hadas e historias de terror, con príncipes y brujas, dividido en caballos y tejones.
Debemos luchar por la unión y el respeto mutuo entre culturas y países, eliminando la doctrina que nos dice que pertenecemos a mundos diferentes y que, sin razón ni evidencia, todo aquel que no se nos asemeje es nuestro enemigo. Debemos ser seres de aquí y de allá.
Pero aún más importante, debemos luchar por el derecho de todos y todas a vivir sus sueños, por ese derecho a crecer, a lograr, y a vivir. Debemos luchar para que todo aquellos que han posado su pie sobre los sueños de otros, no vuelvan a mallugar a nuestra ya lastimada sociedad.
En honor a la humanidad y a lo que nos une como seres con miles de historias que contar y sueños que cumplir.
Sobre la autora
Rebeca Landa Reyes. Estudiante de Banca e Inversiones por la Universidad de las Américas Puebla.
Contacto: rebeca.landars@udlap.mx
YouTube: Rebeka Lanka
Instagram: rebekalanka
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