El costo y el valor de los parques

El costo y el valor de los parques

Si revisamos, aunque sea someramente, el crecimiento de la ciudad de México, desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, veremos que cada nueva colonia que se agregaba a la traza original de la ciudad o que cada pueblo que era conurbado tenía parques, si pensamos en algunos ejemplos de colonias del centro o sur de la ciudad como Polanco, Juárez, Condesa, Roma Norte. Roma Sur, Alamos, Del Valle, Tlacoquemécatl, Narvarte, Acacias, Letrán-Valle, Mixcoac, Nápoles, San José Insurgentes, San Pedro de los Pinos, Coyoacán, San Ángel y casi cuantas se nos puedan ocurrir identificaremos uno o más parques, de acuerdo a las dimensiones de la colonia, que servían como pulmones, pero también como centro de diversión para las familias. Lo anterior sin contar con que las dimensiones de la ciudad todavía permitían que familias de todos los niveles socioeconómicos utilizaran el Bosque de Chapultepec como un lugar de recreo periódico. No era raro ver a las familias hacer auténticos días de campo en las áreas verdes que rodeaban al Zoológico y que luego fueron las segundas y terceras secciones del bosque. Lo anterior, sin contar con áreas arboladas en abundancia que también han ido desapareciendo o, cuando menos, no se ha estimulado que las diversas aceras cuenten con un número razonable de árboles en cada manzana.

Al igual que con otros elementos citadinos, los mercados, por ejemplo, los nuevos fraccionamientos fueron omitiendo los parques o, mejor dicho, las autoridades permitieron que los fraccionadores no cedieran un espacio dentro de la nueva urbanización para este fin. Ahora se habla como de algo muy notable y gesto dadivoso de la autoridad el dedicar un área verde a estos fines, pero al mismo tiempo se denuncia que secciones del Bosque de Chapultepec están abandonadas. La ciudad se llena de estacionamientos de centros comerciales que no tienen o tienen muy pocos árboles.

Hay elementos de la ciudad que deben tener un costo alto, pero cuyo valor es inestimable. Tendemos a ver a los niños jugar en los centros comerciales, los restaurantes tienen que crear áreas con juegos infantiles y las escuelas mismas han de preocuparse por ello, ya que los parques se van convirtiendo en algo cada vez más difícil de encontrar.

Hay ciudades de nuestro país, que prácticamente no tienen parques, el Puerto de Veracruz, casi carece de ellos, me dirán que es el clima o cualquier otra razón, pero hay muy pocos. En la ciudad de Puebla puede identificarse claramente áreas importantes del trazado de la ciudad donde hay parques y después desaparecen, obviamente esto último sucede en las secciones nuevas.

Los tiempos cambian o estamos dejando que cambien y lo que es peor se deterioren.

Acerca del autor: Contador Público con estudios de Maestría en Administración y candidato a Doctor en Educación. Con más de 40 años de experiencia docente y profesional en contabilidad, costos, análisis financiero y auditoría. 291 cursos impartidos en diversas universidades, de los cuales el 88% ha sido a nivel licenciatura y el resto en maestría. 194 módulos de diplomado impartidos a personal de diversas empresas. Autor de los libros «Contabilidad 1», «Costos» y «Contabilidad Administrativa» con editorial Pearson. Articulista en diversos periódicos y autor de su propio blog «Visión Financiera». Coordinador de las materias Contabilidad Financiera, Contabilidad de Costos, Análisis de Costos y Contabilidad Gerencial.

 

Por: Mtro. Francisco Javier Calleja Bernal.

Profesor de tiempo completo del Departamento de Finanzas y Contaduría UDLAP.

francisco.calleja@udlap.mx

 

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