Radicalización en Twitter: Elon Musk y las Guerras Culturales

RADICALIZACION-CONTEXTO-UDLAP

Radicalización en Twitter: Elon Musk y las Guerras Culturales

Las guerras culturales se han vuelto un punto central en el debate público. Más que simples discusiones políticas entre izquierda y derecha, son disputas por los valores que guían a la sociedad. Conceptos como woke, antes usados para describir la conciencia social frente a la injusticia, han sido resignificados como insultos que descalifican las luchas progresistas, tachándolas de exageradas o incluso autoritarias (BBC News Mundo, 2022).

En este contexto, las redes sociales son catalizadores. Plataformas como Twitter (hoy llamada X) se han convertido en intensas cámaras de eco donde los algoritmos priorizan la interacción por encima del contenido (Thompson, 2011). Así, el usuario ve cada vez más opiniones afines y queda expuesto a narrativas cada vez más radicales. Este fenómeno se conoce como Alt Right Pipeline, un proceso gradual en el que las personas pasan de consumir contenido aparentemente inofensivo a profundizar en discursos extremistas (Munn, 2019).

Musk y la radicalización

Elon Musk, actual dueño de Twitter y la segunda persona más rica del mundo, demuestra de manera perfecta cómo una figura mediática puede potenciar esta dinámica. Con casi 200 millones de seguidores, utiliza la plataforma como su megáfono personal (Elliott, 2024), mezclando publicaciones sobre sus empresas con memes, burlas al “virus woke” (El Financiero, 2024) y mensajes políticos cada vez más radicales y alineados con la ultraderecha.

Su estrategia sigue de cerca las fases del Alt Right Pipeline. Primero atrae a nuevos seguidores con temas populares como tecnología o videojuegos. Después normaliza discursos polémicos mediante la ironía y el humor. Más tarde comparte contenido extremista de terceros, lo que expone a sus audiencias a voces radicales. Finalmente, recurre a la deshumanización, presentando a los movimientos opositores (progresistas) como enemigos a derrotar.

El atractivo (y peligro) de Musk no recae sólo en lo que dice, sino en cómo lo hace. Usa un lenguaje con técnicas utilizadas en los cultos, creando una identidad colectiva que fortalece la cohesión de su comunidad y promueve su figura como líder cuyo mensaje es incuestionable mientras demoniza al otro (Montell, 2021).

El papel del lenguaje

El lenguaje es un arma poderosa. Musk lo utiliza para reforzar la idea de que él representa la libertad de expresión y los valores a defender en una sociedad. Sin embargo, este mensaje es contradictorio, ya que su defensa de la libertad de expresión se traduce en la difusión de discursos de odio y desinformación (France 24, 2024).

Los memes y frases como Take the red pill refuerzan esta dinámica (The Guardian, 2020). Al apropiarse de elementos de la cultura popular, Musk construye una narrativa de ser conocedor de “la verdad”, disponible para sus seguidores. Esta técnica fortalece la identidad grupal y deslegitima a cualquiera que piense distinto, tachándolo de enemigo o woke. Esto genera una visión distorsionada de la realidad (como en los cultos), que puede escalar hasta un punto en el que dichos mensajes inciten directamente la escalada de violencia.

Los riesgos del Alt-Right y los mensajes de culto

Analizando sus publicaciones se observa que, aunque al inicio predominaban los temas tecnológicos, pronto los mensajes políticos los desplazaron casi por completo. Los tweets políticos no solo tuvieron mayor alcance, sino que generaron más interacciones. Lo que refuerza la idea de que Musk ha convertido su cuenta en un espacio de propaganda, amplificando voces del Alt Right y difundiendo teorías de conspiración (Hern, 2024).

Musk ilustra cómo se entrelazan el poder económico, el alcance mediático y la capacidad de manipulación. A través de Twitter, ha logrado construir una comunidad cohesionada que refuerza y difunde ideas radicales bajo la apariencia de humor o libertad de expresión.

El riesgo va más allá de la figura de Musk o la figura autoritaria del momento. El problema radica en la replicabilidad del mensaje. Cualquiera con poder económico, mediático y carisma puede utilizar las fases del Alt Right Pipeline y el lenguaje de culto para moldear la opinión pública. Las redes sociales, con su alcance global, ofrecen un escenario sin precedentes para expandir discursos extremistas y radicalizar a la sociedad.

Si las redes sociales siguen privilegiando la polarización, los mensajes de odio tendrán cada vez más espacio en el debate público, por lo que no basta con ignorar el contenido radical, es necesario analizarlo y cuestionarlo. Solo al ser conscientes de la manipulación se puede evitar que la radicalización se normalice y el discurso público sea un campo de batalla dominado por la intolerancia.

*Nota informativa: la razón por la cual se usa Twitter es debido a que este nombre sigue siendo más reconocido que X y como una manera de posicionarse en contra de los cambios realizados en la plataforma.

Bibliografía
Sobre el autor:

Rodrigo López Ortiz, estudiante de Relaciones Multiculturales por la Universidad de las Américas Puebla. Colaboró en 2024 con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente realizando investigaciones de Movilidad Eléctrica en México. Actualmente contribuye en el Instituto de Administración Pública e Innovación Institucional de la UDLAP.

Contacto: rodrigo.lopezoz@udlap.mx

Share this post