¿Qué nos falta?
Reflexionando sobre la evolución de la economía mexicana en las últimas tres décadas, surge la pregunta obligada: ¿qué nos falta para poder alcanzar tasas de crecimiento económico más elevadas?
Sabíamos que la industrialización orientada hacia el interior, adoptada al finalizar de la Segunda Guerra Mundial, nos llevó, desde el inicio de los 50’as hasta los 70’s, al “Milagro Mexicano” ya que se lograron tasas anuales de crecimiento económico de casi 7%. Pero la crisis petrolera de los 70’s acabó con este milagro.
Luego nos percatamos que el abandono de la industrialización orientada hacia el interior a mediados de los 1980´s, se ha vuelto indispensable por causa del proteccionismo exagerado hacía los productores domésticos. Dicho proteccionismo, prolongado casi por tres décadas, situó en una zona de confort a nuestros productores debido a las altas tasas arancelarias a las importaciones, establecidas por el gobierno mexicano. Sin la competencia internacional, nuestros productos, orgullosamente hechos en México, acabaron siendo de calidad inferior, pero de precio mayor al de los productos similares del mercado internacional.
Con la apertura comercial y la industrialización orientada hacia al exterior, iniciada a mediados del Sexenio de Miguel de la Madrid, el panorama prometía ser más alentador. Se empezaron a diversificar nuestras exportaciones, pero el crecimiento promedio anual de nuestra economía fue de casi 0%.
La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica en Enero de 1994, nos hizo pensar que había chance de recuperar el crecimiento económico cercano al 7% anual. Y luego… experimentamos el duro golpe de la severa crisis económico-financiera de 1994-95. A pesar de todo esto la tasa de crecimiento promedio en todo el sexenio de Zedillo fue de 3.29% anual, sin embargo menos de la mitad de lo que soñábamos…
Al iniciar el siglo XXI, pensábamos que el rezago político causado por la permanencia en el poder del PRI por casi 7 décadas, podía haber sido la causa de nuestros tropiezos económicos. Entonces… votamos por el cambio. Sin embargo, tras dos sexenios panistas tampoco logramos levantar el vuelo. Con Fox la tasa de crecimiento anual promedio fue 2.25% y con Calderón del 2.14%.
Llegó el voto de castigo, que trajo de regreso al PRI en Diciembre de 2013. Toda la esperanza se basó en implementar las 11 reformas estructurales del presente sexenio (La Reforma Hacendaria, La Reforma Educativa, La Reforma Energética, etc.). Sin embargo, en términos de crecimiento económico promedio apenas andamos en 2%, por ahora.
Al parecer todo se ha vuelto una especio de ensayo-error en el manejo de nuestra economía, y no podemos agarrar vuelo.
¿Qué nos faltaría para acabar con esto? Pienso que un Instituto Nacional de Planeación, descentralizado, tipo Banco de México, que se encargue del diseño de las políticas económicas a largo plazo (20-25 años), y ya no entregarle más al país a los va y vienes de cada sexenio.
Por: Mtra. Viorica Ghizela Balint Gergely
Ex-Profesora UDLAP
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