Mundos invisibles: Hilando destinos y emplazamientos geográficos en el Arte Latinoamericano

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Mundos invisibles: Hilando destinos y emplazamientos geográficos en el Arte Latinoamericano

Amelia Peláez, Fishes “Pescados” (1943), óleo sobre tela, 115.6 x 89.2 cm, Museo de Arte Moderno
Amelia Peláez, Fishes “Pescados” (1943), óleo sobre tela, 115.6 x 89.2 cm, Museo de Arte Moderno

Los recorridos y emplazamientos geográficos de las artistas María Martins, Amelia Peláez y Marta Minujín generan una transformación tanto personal como artística dentro de la historia de la producción visual en el ámbito latinoamericano. En cada caso, estos desplazamientos; aun cuando responden a motivaciones diversas, como la vida diplomática, la participación expositiva, la formación académica o la búsqueda de inserción en redes internacionales, revelan cómo el movimiento geográfico abrió caminos hacia una exploración plástica y teórica.

María Martins elaboró mitologías del Amazonas desde una perspectiva crítica, influida por el Movimiento Antropofágico y el Surrealismo francés. Por su parte, Amelia Peláez fusionó las vanguardias europeas con un imaginario profundamente arraigado en la reconfiguración del hogar cubano. Finalmente, Marta Minujín convirtió sus emplazamientos y viajes en estrategias de resistencia simbólica, explorando prácticas efímeras, experimentales y colectivas.

En el presente trabajo se busca conceptualizar y teorizar, a partir de Didi-Huberman (2012), cómo las imágenes operan desde las categorías de mundos invisibles y geografías afectivas: espacios donde lo marginal, lo frágil y lo intermitente adquieren potencia crítica. Lejos de responder a un sistema de visibilidad total, estas imágenes sobreviven en los márgenes como pequeños destellos que encienden y apagan significados, afectos y memorias, colectivas, religiosas y domésticas.

Desde esta perspectiva, las obras de Martins, Peláez y Minujín no sólo dialogan con su tiempo, sino que trazan cartografías sensibles que cuestionan las jerarquías culturales y revelan la persistencia de aquello que normalmente queda fuera de foco. Lejos de ser una experiencia de desarraigo, estos desplazamientos posibilitaron prácticas artísticas complejas, atravesadas por el mestizaje cultural que Canclini (1990) denomina un “entre-lugar” de enunciación plástica y pictórica, donde convergen lenguajes de vanguardia y tradiciones locales, colaborativas y simbólicas.

Bajo estas perspectivas, sus producciones no buscan imponerse bajo una luz totalizadora de visibilidad hegemónica, sino operar desde destellos de luz intermitentes, frágiles y afectivos, capaces de sobrevivir en los márgenes del arte hegemónico y dejar huella en la memoria visual y colectiva.

Referencias
Sobre la autora:

María José Rodríguez Sainz es Licenciada en Historia del Arte y Curaduría por la Universidad de las Américas Puebla. Ha complementado sus estudios de Gestión de Colecciones y Museografía en el Instituto Mexicano de Curaduría y Restauración. Se ha desempeñado en instituciones como San Pedro Museo de Arte en Museos Puebla, la Colección de Arte UDLAP y la Biblioteca Franciscana del Convento de San Gabriel en Cholula, realizando labores de catalogación, inventario y conservación de acervos.

Contacto: maria.rodriguezsa@udlap.mx

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