Del debate por las reformas, al desastre por el cambio climático
Transcurría la segunda semana del mes de Septiembre y el debate sobre los distintos incrementos en impuestos acaparaba la atención de medios de comunicación, redes sociales y, en general, de toda la opinión pública. Observábamos a miles de profesores, a lo largo y ancho del país, manifestándose en contra de la aprobada reforma educativa, y los políticos decían que se encontraban tratando de diseñar las reformas que maximizarían la probabilidad de crecimiento económico para los siguientes años en nuestro país. Hoy poco queda de esos temas ante un escenario de total incertidumbre para miles de personas que, como consecuencia de las tormentas que hemos vivido desde el 14 de Septiembre por el paso de los fenómenos meteorológicos “Manuel” e “Ingrid”, lo han perdido todo.
Finalmente los mexicanos estamos enfrentando, aunque tal vez aún no concientizando, los efectos del cambio climático. El pasado 25 de Septiembre la Secretaría de Gobernación, a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong, declaró a 250 municipios de 13 estados de nuestro país, en situación de desastre. Lamentablemente, no solo tenemos consecuencias en pérdidas materiales sino que hasta ese día se tenía el registro de 139 personas fallecidas y un sin número de personas desaparecidas.
Según el reporte presentado por Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, para la misma fecha se registraban con daños e incidencias 18 autopistas de cuota, 57 carreteras federales, 980 caminos rurales y 102 carreteras alimentadoras de jurisdicción estatal.
Con todos estos números, ¿Qué podemos decir de la infraestructura de nuestro país? ¿Se han tenido políticas claras de crecimiento e infraestructura dentro de cada asentamiento humano? ¿Se ha cuidado la política en materia carretera para garantizar que, una vez que se construya un camino, este cuente con lo necesario para que se mantenga abierto y consolide la comunicación dentro del país? La respuesta es no. Y aunque a nivel federal se presenten planteamientos de solución, como el Plan Maestro de Reconstrucción y la actualización e integración del Atlas Nacional de Riesgos, no serán suficientes los recursos del FONDEN (Fondo de Desastres Naturales) o de cualquier otro fondo disponible para solucionar el problema de la falta de políticas en materia de crecimiento e infraestructura nacionales.
Desde luego que este no es un trabajo que le competa únicamente al gobierno federal. Servidores públicos y ciudadanos debemos integrarnos a la cultura de la prevención, la protección civil y el crecimiento sustentable. El cambio climático nos manda un mensaje serio de alerta: debemos reaccionar rápidamente para que, ante fenómenos meteorológicos futuros, la desgracia no se vuelva una constante en nuestro país.
Acerca del autor: el Dr. Einar Moreno nació el 14 de Noviembre de 1977 en la Ciudad de México. Considerado como parte de la denominada Generación X, ha presenciado los pasos previos a la Economía del Conocimiento. Emprendió su primera empresa a la edad de 6 años, misma que consistía en la producción, distribución y venta de pie de dátil. Con el deseo de seguir los pasos de su padre, se inscribió a la Escuela de Ingeniería para estudiar Ingeniería Mecánica Eléctrica. Este episodio de su formación solo duro un par de semestres cuando encontró su verdadera vocación: el mundo financiero. Graduado de la Licenciatura en Administración Financiera, Maestría y Doctorado en Ciencias Financieras con especialidad en Administración de Riesgos. Sus áreas de especialidad en consultoría son Finanzas, Planeación, Mercadotecnia y Desarrollo Organizacional. Actualmente se dedica a dar cursos a nivel licenciatura y posgrado en temas financieros y de estrategia de negocios.
Por: Dr. Guillermo Einar Moreno Quezada
Director Académico del Departamento de Finanzas y Contaduría de la UDLAP
einar.moreno@udlap.mx