La industria de cine mexicano: alta producción, baja exhibición
Actualmente, la industria del cine en México vive un momento clave en su historia en cuanto a la producción de cintas por año. De acuerdo a datos del Instituto Mexicano de Cinematografía, en 2013 se produjeron 126 películas. Este volumen de producción es comparable con el número de películas que se producían durante la llamada época de oro del cine mexicano. Sin embargo, una diferencia fundamental entre ambos momentos es que en la década de 1940, debido a la Segunda Guerra Mundial, la industria cinematográfica de los Estados Unidos bajó su presencia en las carteleras del mundo y por tanto, también en México. Con ello hubo un mayor número de pantallas para exhibir cine mexicano. Al mismo tiempo, el gobierno estadounidense decidió apoyar al cine mexicano como parte de sus políticas del New Deal y limitó el suministro de película virgen hacia Argentina, país que en un inicio se declaró neutral y que entonces era la industria cinematográfica más importante en Latinoamérica. Poco a poco las películas mexicanas no sólo tuvieron una sólida presencia en casa sino también en Centroamérica, Sudamérica e incluso Estados Unidos, gracias a redes de distribución apoyadas por el gobierno mexicano. En esa época, la industria del cine logró ser la segunda en importancia en México, después de la petrolera.
Si bien la industria cinematográfica nacional ya produce más de 100 películas por año, la realidad es que aún existe un déficit en los estrenos. Contra las 126 películas producidas en 2013, sólo se estrenaron 101 películas en ese mismo año. Si cada año se dejan de estrenar 25 películas o más de las producidas, esto crea un rezago importante en la distribución. Este rezago se debe a que las películas de Hollywood acaparan cada semana las pantallas de los complejos cinematográficos. Es común ver que uno de los llamados blockbusters de Hollywood esté programado al mismo tiempo en tres pantallas de un complejo. Este fenómeno genera cuellos de botella para los estrenos nacionales y, por ende, afecta negativamente el desarrollo de la industria del cine en México.
Hace ya más de veinte años que el académico británico Nicholas Garnham señaló, en referencia a las industrias culturales, incluido el cine, que la clave de la pluralidad cultural y donde reside el poder y las utilidades no está en el volumen de lo producido sino en el acceso a la distribución. Hoy en día, esta máxima sigue claramente vigente y se puede observar en la experiencia del cine mexicano en los últimos quince años. En este sentido, la industria cinematográfica mexicana vive una experiencia de claroscuros. Por un lado, el volumen de la producción se ha mantenido en ascenso desde los inicios del siglo XXI gracias a políticas culturales efectivas. Por el otro, aún faltan políticas que logren apoyar de forma eficaz la distribución y exhibición de esa boyante producción fílmica nacional que empieza a ser más y más aceptada por el público, siempre que se le da la oportunidad.
Por: Dr. Manuel Antonio Pérez Tejada Domínguez
Ex profesor, UDLAP.