Progreso tecnológico y mercado laboral
El progreso tecnológico –indudablemente– es uno de los determinantes más importantes del crecimiento económico, ya que su avance incrementa el nivel de vida de la población. Conviene mencionar que progreso tecnológico se refiere a una mayor variedad de productos disponibles, así como más y mejores técnicas para producirlos. También hace referencia a la forma en la que está organizada la economía, desde la organización interna de las empresas, la organización del sistema político e institucional, hasta el sistema de leyes y el grado en el que éstas se hacen respetar. No obstante, a pesar de que el avance de la tecnología ha aumentado la productividad, incrementando el producto marginal del trabajo, para algunos trabajadores ha representado una amenaza a su nivel de vida.
Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia donde los trabajadores han organizado revueltas violentas en contra de la «nueva» tecnología, destrozando las máquinas y/o los aparatos por los cuales fueron sustituidos, inclusive se incendiaron las fábricas y las casas de los propietarios de la nueva tecnología. Los trabajadores exigían a sus gobiernos que mantuvieran sus trabajos y restringiera la proliferación de la nueva tecnología, pero, en lugar de eso, los gobiernos reprimieron los disturbios y cambiaron las leyes para castigar a los responsables de estas revueltas.
Actualmente, la oposición al progreso tecnológico ha quedado relativamente atrás, cuando surge una nueva tecnología que reduce el número de trabajadores necesarios en un sector de la producción, los trabajadores tienen que desplazarse a otro sector económico en el que se requieran, teniendo en cuenta que este nuevo requerirá de mayores cualificaciones, por lo que los trabajadores deberán adquirir nuevas habilidades y conocimientos más especializados para conseguir un empleo en el actual sector demandante de trabajadores. Por ejemplo, en Estados Unidos, a principios de 1960, algunas empresas dentro del sector agrícola y dentro del sector textil estaban innovando en sus procesos productivos y requerían de un menor número de trabajadores, pero, al mismo tiempo, comenzaron a aparecer empresas en el campo de la informática que requerían de trabajadores cualificados, es decir, con inversión en capital humano. Este hecho muestra que la respuesta de los trabajadores frente al avance del progreso tecnológico ha sido la adquisición de nuevos conocimientos con el objetivo de insertarse en el sector económico que le ofrezca un mejor nivel de vida.
Acerca del autor: Gracias a una beca otorgada por el CONACyT para realizar estudios de posgrado en el extranjero obtuvo el grado de Doctor en Economía Financiera: Banca y Bolsa en la Universidad Autónoma de Madrid (Doctorado con Mención de Calidad en el extranjero) con Sobresaliente Cum Laude por Unanimidad (máxima calificación otorgada por las universidades españolas). Obtuvo el Premio Extraordinario a la Mejor Tesis Doctoral de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid en el Ciclo Académico 2009 – 2010. Realizó sus estudios de Maestría en Economía Financiera: Banca y Bolsa en la Universidad Autónoma de Madrid y sus estudios de Licenciatura en Economía en la Universidad Autónoma Metropolitana – I, en la que se le otorgó la Medalla al Mérito Universitario por obtener la calificación promedio más alta de la generación 2004. Al inicio de su Licenciatura obtuvo una beca por parte del Istituto Italiano di Cultura della Cittá del Messico, lo que le permitió el conocimiento de la lengua, cultura e historia italiana a la par de sus estudios en Economía. En materia docente imparte las asignaturas: Macroeconomía II, Análisis de Inversiones I y II, Economía Financiera, Microeconomía I, Econometría II, Principios de Economía, Finanzas Internacionales, y Principios de Microeconomía. Como investigadora, publica artículos en revistas arbitradas e indizadas, sus trabajos de investigación se centran principalmente en Economía Financiera (Teoría de la Inversión: Fondos de Inversión, Microestructura de los Mercados Financieros, Gestión de Carteras, Información Asimétrica, entre otros). Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACyT. En la UDLAP se desempeña como Profesora-Investigadora de Tiempo Completo, Miembro del Consejo Académico, Miembro del Comité del Programa de Honores, Miembro del Comité de Presupuestos, y Directora Académica del Departamento de Economía en la Escuela de Negocios y Economía (EDNE). En materia de divulgación, es Columnista en e-Consulta y en los Periódicos El Sol de Puebla y Milenio, sitios en los que publica artículos sobre temas económicos relevantes.
Por: Dra. Elitania Leyva Rayón.
Directora académica del Departamento de Economía, UDLAP.