La gestión de COVID-19 en Francia y sus consecuencias políticas
«En las próximas semanas, con todos los componentes de nuestra nación, intentaré dibujar el camino», dijo Emmanuel Macron en su discurso del 13 de abril.
En dos años tendrá lugar la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, y según una encuesta de la agencia BVA, menos de uno de cada tres franceses encuentra tranquilizador al presidente. La oposición lo sigue criticando por su manejo de la pandemia y saben que un gobierno de unidad nacional (cuyos rumores siguen creciendo) podría beneficiarlo en la lucha por un segundo mandato a partir de 2022.
Antes de eso, Emmanuel Macron tiene que enfrentar desafíos inmensos. Implementar un difícil desconfinamiento. Además, tendrá que gestionar una crisis económica internacional y sus consecuencias sociales. Pero, ¿cómo llevar a cabo estos colosales proyectos? ¿Es posible la unidad nacional? ¿Es deseable?
Primero, su victoria de 2017 permitió una recomposición sin precedentes de la escena política francesa. El presidente centrista logró lo que soñaron Valéry Giscard d’Estaing y Michel Rocard: la alianza del centro-izquierda y el centro-derecha para el logro de importantes reformas estructurales a nivel económico y social. Según ellos, Francia lo necesitaba para cumplir con los estándares europeos e internacionales. Las dos personalidades antes mencionadas se habían enfrentado a estructuras partidistas sólidas, el Partido Socialista (izquierda) y el RPR (derecha), y los competidores políticos, François Mitterrand y Jacques Chirac, que no lo permitieron. Además, las divisiones ideológicas estaban todavía vivas. Emmanuel Macron se benefició del colapso de los principales partidos, PS (izquierda) y LR (derecha), y sus candidatos, Hamon y Fillon, durante las últimas elecciones presidenciales. En 2020, Emmanuel Macron se encuentra en una situación delicada. La pandemia se suma al movimiento de los «chalecos amarillos» y las manifestaciones contra su reforma de pensiones. Además, su visión contable de la economía se rompe con la contención. La regla de déficit anual del 3% ya no es necesaria y la deuda aumentará. Políticamente, una simple reorganización o cambio de Primer Ministro será insuficiente. Disolución improbable. Parece necesario un nuevo proyecto en torno a la soberanía industrial (¿nacional o europea?) y a la solidaridad ¿Pero con quién?
El diputado del LR Guillaume Larrivé, en L’Opinion, llama a formar «a partir de 2020» un «gobierno de misión», compuesto por hombres y mujeres «de buena voluntad». Geoffroy Didier, otro diputado de LR, evoca en Le Figaro «sindicato bajo condición». Visto desde la izquierda, Jean-Pierre Chevènement menciona la necesidad de un «gobierno de seguridad pública». Pero los líderes del partido, Christian Jacob (LR) y Olivier Faure (PS), se opusieron por dos razones. Esto sería un regalo para el presidente que quiere ser reelegido y para su oponente número uno, Marine Le Pen (extrema derecha). Esta última se convertiría en su único oponente con Jean-Luc Mélenchon (izquierda). Finalmente, los nombres mencionados (Nathalie Kosciusko-Morizet, Manuel Valls) darían la impresión de un retorno al «viejo mundo».
Además, Macron perdió la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. El 19 de mayo se creó un noveno grupo político compuesto por 17 diputados. Recordemos que el presidente centrista no ha controlado el Senado, principalmente a la derecha, desde su elección en 2017. Emmanuel Macron se enfrenta a su destino y tiene pocas cartas en la mano …
Un gobierno de unidad nacional con un presidente que desea ser reelegido plantea la cuestión democrática del espacio que le queda a la oposición para 2022. Parece difícil para Emmanuel Macron llegar allí y si llegara allí, reconstituiría casi automáticamente un duelo con el candidato de la Agrupación Nacional (extrema derecha), Marine Le Pen, en la segunda ronda. Esto llevaría a Francia a un callejón democrático sin salida.
Acerca del autor: Profesor-investigador de tiempo completo del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). Coordinador de la maestría en «Gobernanza y Globalización».
Presidente del think-tank NejMaroc especializado en la política exterior de Marruecos.
Coordinador del Seminario Permanente sobre el Islam, ILM, en la UDLAP.
Profesor de «Políticas Publicas Internacionales» en cursos de posgrado en la Universidad Jean Moulin, Lyon III, Francia.
Investigador asociado en el Obervatorio de la relación binacional Mexico-Estados Unidos (UNAM)
Miembro de la AMEI (Asociación Mexicana de Estudios Internacionales) y de la REMECID (Red Mexicana en Cooperación Internacional y Desarrollo).
Ha impartido clases y conferencias, sobre los temas de Geopolítica, Seguridad Global y Gobernanza Global en Francia, Marruecos, México y Colombia y fue investigador visitante en Oxford, en la UPB de Medellín y en la Universidad de La Habana.
Se ha desempeñado como funcionario del ministerio francés de Educación, especializado en evaluación de políticas públicas durante cinco años.
Cuenta con varios artículos publicados en revistas y portales de información en Francia, Marruecos, Colombia y Mexico. Colaborador en espacios de opinión como CNN, Radio Fórmula, The Huffington Post, Russia Today, Anadolu Agency, Magreb Arab Press y La Voz del Árabe entre otros.
Por: Dr. Mohamed Badine El Yattioui
Profesor del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política, UDLAP