Día del maestro
La mente no necesita, como un vaso de ser llenada,
si no más bien, como la madera,
de una chispa que la prenda y le infunda el impulso a la investigación y un amor ardiente por la verdad.
Plutarco (50-125)
«Enseño aún, principalmente porque creo fuertemente en los jóvenes. Luego porque soy platónico hasta el fondo: el grande filósofo consideraba que sus escritos eran espléndidos y sublimes juegos, pero solamente juegos, mientras ponía todo su compromiso y seriedad en la actividad docente interna a su Academia.»
Y la docencia es una forma de escribir no en rollos de papel, sino en las almas de los hombres, que es la cosa más difícil pero también la más bella.
Y, más aún que de los libros, el futuro depende de la fuerza de las almas de nuestros jóvenes, que son la luz de la vida.
A ellos siento que puedo transmitir, más allá de los conceptos específicos de una disciplina, lo que aprendí en mi juventud, que tuvieron y continúan teniendo una excepcional importancia en todas mis decisiones, iniciativas y operaciones:
- el sentido del trabajo y, bajo ciertas consideraciones, su sacralidad;
- la lógica que las cosas tienen en si mismas, independientemente de conveniencias y politiquerías;
- la forma más segura de ganar es sólo una: caminar en la senda de la verdad, por más dura, fatigosa y difícil pueda esta ser.”
Giovanni Reale. Invito al pensiero antico. La scuola. 2011
El día del maestro se conmemora el 15 de mayo, en honor a Juan Bautista de La Salle, que fue nombrado por el papa Pio XII, el 15 de mayo de 1950, como “patrono especial de todos los educadores de la infancia y de la juventud y patrono universal de los educadores”.
Creo que es un punto medular el entender la gran diferencia entre “instruir” y “educar”: déjenme citar un ex presidente de Italia, Carlo Azzelio Ciampi:
No había Web, en mis tiempos, y para conseguir un libro había que ir a la biblioteca, yendo físicamente y a veces el libro no estaba… Internet nos da un acceso inmediato, prácticamente infinito a la información, es una ventaja enorme, que me entusiasma. Pero nunca podrá sustituir el contacto con el maestro. Con el pasar de los años el recuerdo de la escuela está ligado al recuerdo visual del docente. Sus palabras, tal vez la forma de decir las cosas, que a veces nosotros burlábamos, quedan fundamentales en mi educación. Se puede hacer todo, se podrá conseguir un diploma solamente estudiando online; se podrá tener una capacidad de conocimiento hasta mejor, pero faltará el contacto humano, lo que uno entiende escuchando y mirando en los ojos a quien te enseña, quien te pregunta… educar significa enseñar a llegar a ser hombres, curiosos de saber y apasionados ciudadanos, enseñar es, definitivamente, la transmisión de lo que uno es, de la propia persona.
“Educar” implica poder formar y transformar a la persona y los griegos utilizaban el nombre de Paideia, que se tradujo al latín como “Humanitas”, que es un concepto que significa educar en un modelo de vida en un ideal de “Hombre”.
“Instruir” significa transferir unos conocimientos técnicos, como lo son las matemáticas, la economía, la ingeniería, la física, etc.,
Instruir es relativamente fácil, lo verdaderamente difícil es poder educar al joven, lograr lo que comenta Giovanni Reale: “la docencia es una forma de escribir no en rollos de papel, sino en las almas de los hombres, que es la cosa más difícil pero también la más bella”.
Así que a todos Los Educadores que hay en nuestro país y en el mundo, le mando las mas calurosas felicitaciones y que sigan en su trascendente misión que, como nos recuerda John Ruskin:” Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía”.
Acerca del autor: Francisco Javier Calleja Bernal, es Candidato a Doctor en Educación con especialidad en Intervención educativa por la Universidad Anáhuac, campus Norte. Maestro en Enseñanza Superior por la Universidad La Salle y Maestro en Administración de Empresas con especialidad en Finanzas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Asimismo, es Licenciado en Contaduría Pública en la Escuela Bancaria Comercial en ese entonces incorporada al Instituto Politécnico Nacional. Originalmente trabajó en el despacho Roberto Casas Alatriste, cuando este pertenecía a Coopers &Lybrand, ahora Price WaterhouseCoopers. Después ejerció como independiente y en la docencia. Se interesó en la didáctica de la contabilidad por buscar la mejora de las clases, le interesa mucho cómo transmitir conocimientos. Escribió la novela “Los Escorpiones en Octubre”, novela histórica combinada con un toque detectivesco. Fue profesor de tiempo completo en la Escuela Bancaria y Comercial, en la Universidad Anáhuac Campus Sur, en el Tecnológico de Monterrey Campus Cd. de México y en el 2014 ingresó a la UDLAP. Actualmente, brinda apoyo y cursos a profesores de la Universidad De Las Américas Puebla manejando la técnica de micro enseñanza, la cual ayuda a mejorar la manera de dar clases. De igual forma, imparte cursos de contabilidad financiera, contabilidad de costos, contabilidad gerencial, análisis y planeación financiera.
Por: Mtro. Francisco Javier Calleja Bernal
Profesor de tiempo completo del Departamento de Finanzas y Contaduría.