El Coaching para Líderes Empresariales
Ninguna empresa reconocida se hizo de la noche a la mañana, como por arte de magia.
Crear una empresa grande, competitiva y reconocible por todo el mundo, no es una tarea fácil. Muchos grandes empresarios han dicho que la creación de una empresa sólida y productiva es una tarea de 24/7, que requiere mucho conocimiento, esfuerzo, desvelos, y muchos requisitos más para conseguirlo. Quizás muchas crecieron en lapsos relativamente cortos de tiempo, pero ninguna empresa reconocida se hizo de la noche a la mañana, como por arte de magia. Son muchos los factores involucrados como la contratación y mantenimiento de los empleados o asociados correcto, el nombre de la marca, los socios o líderes, el servicio o producto, el lugar en el que se entrega o produce, etcétera. Y dentro de ese largo etcétera un elemento más que está cobrando más y más importancia en las corporaciones empresariales (incluso públicas) es el del coaching ejecutivo o del empresario.
No es fácil definir el coaching, mucho menos si nos enfocamos en su traducción literal: entrenamiento. No obstante, poco a poco ha tenido injerencia y, al parecer, ha tenido buenos resultados en el mundo del empresario y, por reflejo en este, en la empresa. A través de él se busca o persigue que las élites de las empresas cumplan sus cometidos. Es decir, el coaching (como técnica u oficio) y el coach (el entrenador, el encargado de aplicar las técnicas del coaching) facilitan al empresario la tarea de hacer frente a los retos de la empresa en su conjunto, lo guía para que afronte las dificultades y alcance la excelencia empresarial en el menor tiempo posible. En palabras de Lee Smith y de Jeaninne Sandstrom, el coach “entrena líderes para que logren sus objetivos estratégicos y sean los mejores líderes que pueden llegar a ser”.[1]
Por supuesto, esta no es una tarea simple. Pues involucra conocimientos más especializados en otras áreas o ciencias (oficialmente reconocidas como tales) como los relativos a la psicología, la filosofía, la neurociencia, la gestión empresarial, entre otras. Con todo los coaches son encargados de mejorar y desarrollar el perfil del líder. ¿Cómo lo consiguen?
De acuerdo con Lee Smith y de Jeaninne Sandstrom, son tres las estrategias básicas e indispensables que deben ser aplicadas para obtener resultados satisfactorios:
- El desarrollo de los líderes: tarea que se revela la premisa de que un líder desarrollado plenamente puede inspirar a las personas de los rangos inferiores y, estos a su vez, reflejan su desarrollo en el líder. Es un procedimiento de retroalimentación en ambos sentidos.
- La implementación de planes estratégicos: Esto requiere no solo la elaboración de un plan definido, sino además su plena efectividad. Esto significa que el coach debe implementar todos sus conocimientos para que el empresario enfoque sus esfuerzos en cumplir con lo planeado.
- Atracción, retención y desarrollo de líderes: en este ámbito el coach, interno o externo, tiene una obligación extraordinaria para el correcto funcionamiento de la empresa, contratar a los mejores o a los más talentosos que, en un momento dado, tomarán las riendas de la empresa.
¿Pero estas son tareas plausibles u honestas para el coaching de los líderes empresariales? La respuesta a esta pregunta hace surgir muchas dudas, sobre todo porque se ha puesto en tela de juicio el valor científico del coaching. Sin bases empíricas, y muchas veces más emocionales que cognitivas, no se ha sabido establecer con precisión cuál es método, ni su función: ¿asesoría, consejería, terapia, mentoría, consultoría, una combinación de todas las anteriores? En ocasiones se ha entendido como una tarea de acompañamiento que raya en la indiferencia más mundana.[2]
De hecho, esta situación se torna preocupante al grado de que se ha considerado al coaching como una charlatanería en cuanto a que, si bien se ha vuelto en un negocio muy rentable, las certificaciones se reducen a unos cursos de unas cuantas horas, con un precio relativamente asequible. Cualquiera o casi cualquiera, con poco o nulo conocimiento puede ostentarse como tal. Cuando Smith y Sandstrom escribieron el artículo mencionaron, citaron a Warren Bennis quien dijo: “Who qualifies as an executive coach? At the momento, just about anybody. I’m concerned about unlicensed people doing this”.
Con todo el coaching, en cualquiera de sus vertientes, es una actividad muy solicitada. Hay cursos, seminarios, reuniones, que lo llevan como su apellido. Y el ámbito empresarial no es la excepción.
Referencias:
[1] Smith, Lee y Sandstrom, Jeaninne, “Executive leader coaching as strategic activity”, en Strategy & leadership, octubre-diciembre, 1999, p. 34.
[2] Citado por Ramón Oliver, Pedro Palao nos complica mucho la tarea de saber qué el coaching: “No somos asesores, consejeros, terapeutas, mentores ni consultores. Somos acompañantes de procesos. No damos consejos ni le decimos al cliente que hacer”. En “No es ‘coaching’ todo lo que reluce”, en El País, 19 de abril de 2017, disponible en: https://elpais.com/economia/2017/04/20/actualidad/1492682447_302636.html
Bibliografía
Smith Lee, & Sandstrom Jeannine. (1999). Executive leader coaching as a strategic activity. Strategy & Leadership, 27(6), 33–36. Recuperado de: https://udlap.idm.oclc.org/login?url=https://search-ebscohost com.udlap.idm.oclc.org/login.aspx?direct=true&db=edsemr&AN=edsemr.10.1108.eb054652&lang=es&site=eds-live
“No es ‘coaching’ todo lo que reluce”, en El País, 19 de abril de 2017, disponible en: https://elpais.com/economia/2017/04/20/actualidad/1492682447_302636.html
Sobre el autor:
Franco Salvador López Núñez. Egresado de la Licenciatura en Contabilidad y Auditoria, Egresado del Master Business Administration de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
Contacto: franco.lopeznz@udlap.mx
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