El turismo y los animales salvajes

El turismo y los animales salvajes

Espacio en el que ha aparecido el artículo y fecha en que ha sido publicado: e-consulta (15-08-2017).

 

En un país con 30,000 desaparecidos y 100 mil muertos en una guerra perdida puede ser difícil entender que los diputados discutan una prohibición de delfinarios, sin embargo, esta es una decisión importante. Esta iniciativa es un reflejo de la creciente preocupación del público con respecto a la interacción del ser humano con los animales, domésticos y salvajes, su bienestar y las implicaciones éticas de esta interacción. El que debiéramos tener diputados más serios y comprometidos no será discutido aquí.

Tradicionalmente, los animales forman parte de actividades y atractivos turísticos, en los que no hay una verdadera preocupación por ellos y su conservación y predomina el afán de lucro, desde actividades en que los animales son utilizados como transporte o se les puede tocar o “convivir” con ellos, pasando por atractivos donde deben realizar un número de entretenimiento, hasta aquellos donde se les da muerte, como la caza enlatada o las corridas de toros. Si bien existe un gran número de estas actividades, organizaciones de conservación, de turismo sostenible, de comercialización turística, gobiernos y finalmente el turista están repudiándolos o eliminándolos, dada una mayor preocupación por el trato ético a los animales y la conservación de la fauna salvaje en las culturas occidentales. Agencias de viajes, comercializadores y touroperadores, como TripAdvisor en octubre de 2016, han dejado de promocionar y vender viajes que incluyan visitas a zoológicos y parques, donde los animales están cautivos y no hay objetivos educacionales, a parques donde se reproducen animales salvajes, ya que estos nunca podrán ser liberados, lugares donde se ofrecen paseos en animales salvajes, números de entretenimiento realizados por animales, acuarios con especies mayores, corridas de toros, carreras de animales y lugares donde se puede tocar, convivir y fotografiarse con animales salvajes, ya que los animales son maltratados para permitir esta convivencia y eliminados cuando ya no son atractivos para la foto. En 2016 fue cerrado una popular atracción basada en tigres en Tailandia, el Templo del Tigre, después de numerables quejas por el maltrato de los animales, ya que se encontraron pruebas de tráfico ilegal de fauna salvaje, lo que resulta bastante común en los zoológicos y parques con fines de lucro. SeaWorld no sólo enfrenta actualmente una pésima imagen sino una gran caída en las ventas de entradas a sus parques. Florida ha prohibido el nado en jaulas con tiburones. Localmente, los gobiernos de Acapulco y Guadalajara han anunciado el retiro de carros jalados por caballos, por el maltrato a estos animales, y se discute el caso de Ely, una elefanta en el zoológico de San Juan de Aragón, en muy malas condiciones por su vida anterior en un circo y por su actual cautiverio en el mencionado zoológico.

Dos tipos de actividades turísticas están en estos momentos en la mira de organizaciones de defensa de los animales y turismo responsable: los delfinarios y los lugares donde se ofrecen paseos en elefantes. En estos lugares se mantiene a los animales en cautiverio, se les separa de otros, permanecen toda su vida en soledad, en contra de su naturaleza, en hábitats inadecuados y se les maltrata cruelmente desde temprana edad para que puedan desempeñarse adecuadamente. Organizaciones de turismo responsable recomiendan no participar en ninguna actividad o espectáculo en los que los animales salvajes deban “actuar” o se permita tocarlos, no consumir ningún producto que tenga como origen o fundamento fauna salvaje, y reportar el maltrato animal. Existen agentes de viajes especializados y lugares que realizan esfuerzos para que el turismo contribuya a la conservación, principalmente en África, donde se desarrollaron productos turísticos de bajo consumo, principalmente de observación. El ser humano y sus actividades son la mayor amenaza de la fauna salvaje. La relación entre el turismo y la fauna es, como con cualquier actividad humana, una relación difícil, poco estudiada por la academia y esencial para que el turismo pueda cumplir su promesa de ser la llave de la prosperidad y el desarrollo. La diversidad biológica es esencial para el bienestar del ser humano, siendo especialmente importante para la reducción de la pobreza, eliminarla implica la eliminación de varias formas de vida humana y hace al mundo un lugar más oscuro. La pérdida de especies animales es una tragedia con gran cantidad de consecuencias profundas que posiblemente no podamos resolver.

Acerca del autor: Tiene el grado de Doctor en Filosofía con la especialidad en Administración de la Hospitalidad por la Texas Tech University. Obtuvo el grado de Master in Science con especialidad en Administración de Restaurantes, Hoteles e Instituciones por la misma universidad y los grados de Master Internacional en Turismo por la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y Maestría en Ciencias Administrativas, por el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.

Por: Dra. Guadalupe Patricia Revilla Pacheco

Profesor De Tiempo Completo del Departamento de Turismo, UDLAP.

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