Cuando lo absurdo se normaliza

Cuando lo absurdo se normaliza

Hace pocos años, mientras se realizaban las campañas para la última elección para presidente de los Estados Unidos, Obama se sorprendió de la rapidez con la que en estos días lo absurdo puede llegar a verse normal (refiriéndose a la plataforma del entonces candidato republicano Trump). Recientes acontecimientos de los que hemos sido testigos en diferentes escenarios robustecen cada vez más dicho argumento. En el ámbito geopolítico internacional, muchos resultados han sido insólitos con respecto a lo que los “expertos” en su momento pronosticaron:

* Hemos visto llegar a la presidencia de los Estados Unidos a un personaje al que no le daban ni siquiera oportunidad alguna de ganar la representación del partido republicano.

* Hemos visto una Inglaterra que ha decidido salirse de la comunidad europea dando un salto hacia atrás con respecto a lo mucho que se había avanzado en esa región en cuestión de integración.

* Hemos visto un movimiento separatista en Cataluña que empezó como un grupo muy pequeño de idealistas radicales hasta volverse un tema de conversación internacional.

* Estamos viendo en Italia un movimiento cinco estrellas que viene a redefinir la forma de hacer política en ese país y que plantea una posible salida también de la comunidad europea, entre otras medidas radicales.

* Estamos viendo a un presidente Trump que deja la cumbre de los países mas poderosos del mundo para reunirse con el líder de Corea del Norte. Su objetivo, tratar de quitarle su arsenal nuclear. ¿a cambio de qué? ¿No es este arsenal nuclear lo único que mantiene su régimen y lo protege de sus muchos enemigos? Kim, sin duda ha leído lo que le pasó a Gaddafi en Libia años atrás y recientemente a Irán.

Nuestro país no es la excepción a estos acontecimientos y las actuales campañas, que por cierto van a concluir con la elección más grande en la historia de nuestro país, han de alguna manera sido un caldo de cultivo para poder ver fenómenos que muy probablemente anteriormente eran impensables.

Siguiendo una tendencia, desde mi punto de vista generalizada, lo que antes era izquierda y derecha está dejando de existir para convertirse en ideales globales y nacionalistas. Solo de esta manera me puedo explicar algunas coaliciones (además del hambre de poder), y queda aún por demostrar un matiz entre estos extremos. Pero aún sin una visión clara de lugar que cada opción ocupa en este espectro, se palpa la urgencia de un cambio como consenso en la decisión de voto generalizado. Las encuestas muestran un hartazgo a la situación actual que inhibe el poder ser objetivos ante cualquier opinión o debate de cualquier lado de la mesa. ¿Qué tanto aplican aquí las palabras de Martí al decir: “un pueblo que soporta un tirano, lo merece”?

¿Es valido poder tomar decisiones así? ¿De verdad esas decisiones nos hacen tener una mejor democracia? Actualmente hay en boleta candidatos para los que me resulta verdaderamente insólito no solo que estén compitiendo por algún puesto de elección popular, sino que hayan ya conseguido puestos anteriores a niveles tales como gobernaturas o presidencias municipales (i.e.

Nuevo León y Morelos). ¿Qué tan desesperante era la necesidad de un cambio en esas poblaciones que se decidieron por ellos? ¿O es que aquí aplica el famoso pensamiento de Malraux (adaptado de Maistre) “el pueblo tiene un gobierno parecido a sí mismo”?

Así, día a día vemos constantemente en todos los medios que hoy en día nos bombardean como cada vez más lo absurdo se normaliza. Vemos miles de opiniones (incluyendo la de un servidor) tratando de explicar, entender y acotar todos estos fenómenos, pero lo hacemos en un mundo que avanza tan rápido que en muchas ocasiones para el momento en que se encuentra la respuesta, la pregunta ya es obsoleta.

Acerca del autor: Profesor asociado senior de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas Puebla desde el 2016 y Director de posgrados desde 2017. Actualmente también colabora con el Centro de Estudios para América Latina de la Universidad de Cornell. Ingeniero en Sistemas Computacionales por la Universidad de las Américas en el 2000, y la Maestría y Doctorado en Ingeniería y Administración de Sistemas por Texas Tech University. De 2007 hasta el 2016 fue Director de posgrado y Director de Ingeniería para el Tecnológico de Monterrey en los Campus de San Luis Potosí y Veracruz. Su área de interés en investigación se centra en el entendimiento y análisis de sistemas productivos para su mejora, con un énfasis en emprendimiento, pequeñas empresas e impacto social. Colaborador a nivel de desarrollo y vinculación académica de Nestlé y Wal-Mart de México. El Dr. Barroso es miembro del IIE y ASEE además de ser Alpha Pi Mu y Tau Beta Pi por Texas Tech.

Por: Dr. Luis Alberto Barroso Moreno.

Profesor en el Departamento de Administración de Empresas, UDLAP.

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