Corredores para la naturaleza

Corredores para la naturaleza

La población humana continúa creciendo y con ello aumenta la demanda de comida, vivienda y servicios públicos. Esto contribuye año con año a que más territorio se urbanice o se destine a la agricultura o industria. Al mismo tiempo observamos que los sitios que aún conservan condiciones naturales se van reduciendo y nos vamos quedando sin bosques, selvas, arrecifes, desiertos, praderas salvajes, etcétera.

A fin de preservar algunos sitios, hemos creado áreas naturales protegidas (ANP) como son las reservas de la biósfera, los parques nacionales, estatales o las áreas destinadas voluntariamente a la conservación. Éstas suelen tener programas de manejo orientados a la conservación de especies de fauna y flora que ahí habitan, y para muchas representa el último relicto de su hábitat original. Estos sitios son muy importantes para preservar la biodiversidad, pero también por los servicios ambientales que nos proporcionan, como son: agua limpia, polinizadores, peces, madera, lugares de esparcimiento, entre otros.

En México, a nivel federal existen 182 ANP, tanto terrestres como marinas. Algunas son muy grandes, como las recién creadas reservas de la biósfera Pacífico Mexicano Profundo y Archipiélago de Revillagigedo, que juntas representan 64% de la superficie protegida. Otras son pequeñas, de unas pocas hectáreas de extensión.

Cada especie animal tiene requerimientos distintos, algunas pueden prosperar en extensiones reducidas, otras migran a lo largo de grandes extensiones, otras necesitan áreas muy grandes que les permitan encontrar alimento o una pareja. El riesgo aumenta conforme la tierra continúa urbanizándose alrededor de estas ANP, convirtiéndolas en islas. Cuando esto sucede ya no hay posibilidad de migrar, buscar comida o encontrar pareja, por lo que las poblaciones comienzan a declinar e incluso a desaparecer.

La solución que se ha propuesto es la creación de corredores biológicos. Zonas aledañas a las ANP, que permitan el tránsito de animales entre reservas. Podemos pensarlo como puentes que conectan islas; el problema es que difícilmente podemos declarar parques nacionales a todas estas zonas, hay limitantes económicas, sociales y políticas. Por ello, se ha buscado que los mismos habitantes sean activos y participen en el diseño y rehabilitación de estos corredores. Demostrando que hay opciones de conservación que pueden repercutir económicamente en sus ingresos los pobladores contribuyen a la restauración y preservación de estos corredores y a cambio reciben beneficios como mejor pesca, cosechas certificadas que pueden venderse a mayor precio, agua limpia, etcétera. También pueden ser acreedores a estímulos gubernamentales como pago por servicios ambientales (bonos de carbono, etcétera). La clave del éxito es el desarrollo de modelos económicos que permitan incrementar la calidad de vida de la población mediante actividades que no degraden el entorno o agoten sus recursos naturales. 

Acerca del autor: Doctor y Maestro en Ecología Marina por el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, en Baja California. Graduado con honores de la licenciatura en Biología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Durante su trayectoria se ha enfocado a la investigación de mamíferos marinos, principalmente con temas como: ecología de pinnípedos, interacción con pescadores, uso de hábitat, e impacto ambiental. Además, se ha interesado por la ecología terrestre y la biología de la conservación. 

Ha participado en proyectos de estimación de biodiversidad en el estado de Puebla, actividades de conservación en la Isla Contoy en Quintana Roo, investigación de lobos marinos de California al sur del Golfo de California, igualmente ha investigado al lobo fino de Guadalupe, el elefante marino del norte y la foca común en todas las islas al occidente de la península de Baja California. El Dr. Arias ha compartido su conocimiento en diversos congresos de su disciplina, en 10 de ellos ha participado con trabajos y en 13 ha sido asistente. Desde el 2008 es miembro de la Sociedad Mexicana de Mamíferos Marinos (SOMEMA)

En sus distintos proyectos ha desarrollado una afición por la fotografía, pasión y talento que lo han hecho acreedor de reconocimientos y 3 portadas en la comunidad científica en publicaciones como Marine Mammal Science y Journal of Heredity. Actualmente difunde su conocimiento como catedrático en la Universidad de las Américas Puebla.

Por: Dr. Alejandro Arias del Razo.

Profesor del Departamento de Ciencias Químico Biológicas

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