La importancia de la investigación en las universidades

La importancia de la investigación en las universidades

En la segunda edición del Ranking Iberoamericano realizado por el SCImago Research Group (un grupo de investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, a la Universidad de Granada, la Universidad de Extremadura, la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad Carlos III de Madrid) se analizaron los indicadores de producción científica de 1369 instituciones de educación superior (IES) distribuidas en España, Portugal y América Latina, que publicaron entre 2005 y 2009 al menos un artículo científico. De éstas, 357 IES están en Brasil, 265 en México, 113 en Colombia, 96 en España, 93 en Argentina, 56 en Chile, 54 en Portugal y 53 en Perú; el resto se reparte en los otros 34 países de la región. Los indicadores seleccionados para el análisis, dentro del rango de tiempo mencionado fueron: a) Producción científica (en revistas indexadas y con arbitraje; el número total da una idea de las dimensiones de la institución), b) Colaboraciones internacionales, c) Calidad científica promedio (impacto de las publicaciones respecto al promedio mundial), y d) Publicaciones en revistas de primer nivel (aquellas ubicadas entre el 25% de las mejores a nivel mundial).

Un primer resultado del análisis es que, del universo de IES evaluado, para el caso de México sólo 23 instituciones (de 265) publicaron más de 400 artículos en el periodo indicado, lo que contrasta enormemente con Brasil (71) y España (51). La IES con mayor producción científica es la Universidad de Sao Paulo (Brasil) con 40,192 artículos, seguida por la UNAM con 17,622. En el ranking Iberoamericano, las 20 IES más productivas incluyen 8 españolas, 7 brasileñas, 2 portuguesas, 1 mexicana (la UNAM), 1 argentina y 1 chileña. En un análisis más local, entre las 20 instituciones mexicanas más productivas hay 18 instituciones públicas y 2 privadas. En la Tabla 1 se muestran los datos correspondientes a la producción científica, impacto promedio y número de investigadores pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores por institución (según datos de 2009), así como una relación que indica la productividad per capita, es decir, el número de publicaciones por investigador en cada institución.

Tabla 1. Top 20 de las IES EN México en productividad científica,

según el SCImago Institutions Ranking 2011.1

Ranking en México, (Iberoamerica, América Latina) IES Número de artículos publicados (2005-2009) Calidad científica promedio (respecto promedio mundial) Número de investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) (2009) Relación entre el número de artículos y el número de investigadores SNI
1 (2, 2) UNAM 16622 0.8 3393 4.9
2 (26, 11) CINVESTAV 6164 0.8 632 9.8
3 (35, 16) IPN 4484 0.6 717 6.3
4 (52, 23) UAM 3448 0.6 640 5.4
5 (92, 43) UDG 1673 0.5 608 2.8
6 (100, 49) BUAP 1501 0.6 345 4.4
7 (103, 52) ITESM 1459 0.8 261 5.6
8 (105, 53) ANL 1434 0.7 345 4.2
9 (114, 61) UAEM 1279 0.5 212 6.0
10 (115, 62) UG 1260 0.7 221 5.7
11 (120, 66) UMSNH 1153 0.7 266 4.3
12 (121, 67) UASLP 1150 0.5 218 5.3
13 (134, 77) UABC 915 0.6 191 4.8
14 (137, 79) COLPOS 874 0.4 235 3.7

15 (159, 98)

UNISON 664 0.6 172 3.9
16 (167, 106) UADY 631 0.6 124 5.1
17 (173, 110) UAEdoMex 611 0.6 245 2.5
18 (174, 111) UAEH 611 0.6 156 3.9
19 (179, 116) UV 586 0.6 227 2.6
20 (191, 127) UDLAP 511 0.8 60 8.5

1 SCImago Researh Group, 2011, http://www.scimagoir.com

Los datos que muestra la Tabla 1 son muy interesantes y merecen discutirse. En términos absolutos, puede deducirse que (per cápita), las instituciones que más producen por investigador son el CINVESTAV (casi 10 artículos por investigador, un promedio de 2 artículos por año), la UDLAP (8.5 artículos por investigador, 1.7 artículos por año), seguidos por el IPN, la UAEM, la UG, el ITESM y la UAM, que están por encima del promedio del grupo (5.3 artículos por investigador, o 1 artículo por año). De manera interesante, este análisis de producción por investigador, ubican a la UNAM por debajo de la media y revelan una situación que es reflejo del estado de la investigación científica en México: aun cuando existe una correspondencia casi perfecta entre el número de artículos publicados y el número de investigadores por institución, el volumen de producción no indica eficiencia ni mucho menos calidad. Instituciones con plantas de investigadores más reducidas, pueden poseer mejores eficiencias de producción y calidad científica de mayor impacto. Sería interesante correlacionar estos resultados con los presupuestos aplicados a apoyos a la investigación en cada institución, para determinar la eficiencia de gasto (inversión) en investigación. Lo anterior podría hacernos reflexionar respecto a la manera como tradicionalmente se distribuyen los recursos para la investigación científica en este país. Respecto a la calidad, la UNAM, el CINVESTAV, el ITESM y la UDLAP poseen un índice del 0.8 (20% por debajo de la media mundial), que es el más alto entre las IES mexicanas que hacen investigación.

Respecto a la situación que guardan las IES privadas, cómo era de esperarse, el número de las mismas que aparecen en este estudio es muy pequeño, pero significativo. En un país con asimetrías en la asignación de recursos públicos para el financiamiento de la investigación básica, con trato diferencial a los investigadores si se encuentran en el sector público o privado y con pocas facilidades, tiempo y recursos físicos para realizar investigación científica dentro del sector privado, es estimulante ver el esfuerzo que ese grupo mínimo pero constante realiza. En el primer lugar encontramos al Sistema ITESM (lugar 52 en América Latina), seguido de la UDLAP (lugar 127), la UIA-DF (153), el ITAM (189), y distantes en el Ranking la Panamericana (272), La Salle (323), la UPAEP (336), la Anáhuac (337) y la UVM (497), con producciones e impactos científicos menores.

Uno podría tratar de encontrar justificaciones para explicar por qué la producción científica y la calidad de la misma en las IES mexicanas es baja, tales como la falta de financiamiento público, la carencia de masas críticas de investigadores, la falta de tiempo e infraestructura científica dedicados a la investigación. Sin embargo, el caso de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp, en Brasil) nos hace pensar que no es necesariamente cierto. Fundada en 1966, es una institución joven con una vocación por la investigación científica desde sus orígenes y relativamente pequeña, con apenas cerca de 31,700 estudiantes de los cuáles casi el 50% son de posgrado, más de 2000 profesores-investigadores y un presupuesto para investigación cercano a los 200 millones de dólares (de los cuáles, 60 millones son autogenerados por la actividad de investigación). Hoy en día, la Unicamp es la segunda institución latinoamericana más importante de acuerdo al World University Rankings del Times Higher Education y genera aproximadamente el 15% de toda la investigación de Brasil.

Lo anterior de alguna forma nos puede servir como lección de que cuando en una institución (grande o pequeña, pública o privada) se establece un compromiso por la investigación a través de un programa estratégico que contemple tanto la contratación y estímulo a sus investigadores, a la consolidación y creación de programas de posgrado actualizados y relacionados a los problemas vigentes y más importantes de la región, aunado a una campaña de procuración de fondos (públicos y privados) y de fortalecimiento de la infraestructura, se establece un círculo virtuoso que beneficiará no solo a la institución, sino también al país y la región. Una labor seria que debería ser considerada necesaria y primordial en toda IES que quiera llamarse Universidad, no solo una escuela de educación superior.

Acerca del autor: el Dr. Miguel Angel Méndez-Rojas (Ciudad de México, 1973) obtuvo la licenciatura en Química, con especialidad en Fisicoquímica (Summa Cum Laude) por la Universidad de las Américas Puebla (1997), donde estudió como Becario Excelencia Jenkins (90%), realizando su tesis de investigación sobre electro síntesis directa de compuestos de coordinación (bajo la tutela del Premio Nacional de Química, Dr. Gabriel Gojon Zorrilla). Obtuvo el grado de doctorado (Ph.D.) en Química en la Texas Christian University, bajo la tutela del cristalógrafo norteamericano William H. Watson Jr (2001), recibiendo una Robert Welch Fellowship y una beca CONACYT durante este tiempo. Fue Profesor-Investigador Titular C en el Centro de Investigaciones Químicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo entre 2001 y 2002, y en el 2003 se incorporó a la UDLAP en donde se ha desempeñado como Profesor Titular de Tiempo Completo (2003-a la fecha), Director del Centro de Investigaciones Químico-Biológicas (2004-2005), Jefe del Departamento de Ciencias Químico-Biológicas (2005-2009), Coordinador del programa de Nanotecnología e Ingeniería Molecular (2006-2012, 2014 a la fecha) y Coordinador del programa de Química (2012-2014). Investigador Visitante en el Bodega Marine Laboratory de la Universidad de California en Davis, en Junio de 2016. Es profesor de los cursos de Química Inorgánica en todos sus niveles (Inorgánica I, II, Avanzada), así como de los cursos especializados en Química Bioinorgánica y Nanomedicina (Temas Selectos de Química o Nanotecnología). También imparte los cursos de Introducción a la Nanotecnología y la Nanociencia, Materiales Moleculares, Materiales para Electrónica Molecular, Sensores Moleculares, Nanomateriales I y II, entre otros. Sus intereses actuales de investigación están enfocados al estudio de la química de coordinación entre moléculas de interés farmacológico y biológico con metales de transición y metales pesados, así también en la síntesis y caracterización de materiales con propiedades ópticas no-lineales (ONL), conductores orgánicos quinonoides, electrosíntesis directa de complejos de coordinación y el estudio teórico de moléculas exóticas. Actualmente es responsable del proyecto de síntesis y funcionalización de nanomateriales magnéticos para aplicaciones biomédicas como agentes de imagenología, sistemas de transporte y liberación controlada de fármacos y terapia hipertérmica, así como el estudio de toxicidad de nanomateriales . A través de distintas instancias (CONACYT, Fomix) ha recibido apoyos como responsable de proyectos de investigación por más de 2 millones de pesos y ha participado como colaborador en otros proyectos de investigación donde se han ejercido recursos por más de 20 millones de pesos. También participa y dirige distintos proyectos de divulgación científica y de enseñanza de las ciencias en niveles de secundaria, preparatoria y universitario entre sus proyectos de divulgación destaca ALEPH ZERO, una revista de divulgación de la ciencia. Ha impartido numerosas conferencias de divulgación científica a estudiantes de escuelas secundarias, preparatorias y universitarios. Es miembro de la American Chemical Society (desde 1995) miembro de Sigma Xi, The Scientific Research Society (2003-2010) miembro honorario de Phi Beta Delta, the International Society of Scholars, capítulo Gamma Delta (UDLAP) (desde 1995). Autor de más de 70 publicaciones científicas en revistas internacionales (que han recibido mas de 800 citas por otros autores), mas de 100 artículos de divulgación y educación, 7 capítulos en libros, traductor de un libro de divulgación de la química (Química Imaginada) publicado por el Fondo de Cultura Económica y autor de un libro de divulgación científica («Ciencia sin complicaciones», EDAF-UDLAP, 2015). Ha dirigido 47 tesis de licenciatura, 5 de maestría y 2 de doctorado, y actualmente están en proceso 2 de doctorado y 3 de licenciatura. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel II, desde el 2001. Medalla Compromiso con la Educación UDLAP, 2011. Premio Estatal de Ciencia y Tecnología en la categoría de Divulgación Científica y Tecnológica, 2013

Por: Miguel Ángel Méndez Rojas

Profesor de tiempo completo en el Departamento de Ciencias Químico Biológicas, UDLAP

miguela.mendez@udlap.mx

Disponible formato PDF

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